Esto era lo que decía la nota hallada en la oficina de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), Estados Unidos, donde este miércoles un hombre mató al profesor de ingeniería William Klug para luego suicidarse.
Los investigadores presagiaron lo peor.
Los detalles que se van conociendo sobre el tiroteo de la UCLA dejan entrever una elaborada trama en la que un hombre cruzó el país en auto para llevar a cabo su objetivo criminal.
Mensaje con una dirección
El autor de los disparos, identificado como Mainak Sarkar, dejó un papel en el que, además del mensaje sobre el gato, aparecía una dirección de una localidad de Minnesota, a miles de kilómetros de Los Ángeles.
Cuando los investigadores llegaron a la casa indicada, que era la vivienda de Sarkar, encontraron una “lista para matar” con tres nombres: el de la víctima mortal, William Klug; el de otro profesor de la UCLA, y el de una mujer que residía también en Minnesota.
Los agentes de policía se trasladaron de inmediato a la casa de la mujer y la hallaron muerta por una herida de bala.
Las autoridades indicaron que llevaba varios días muerta.
Según la reconstrucción que hacen los investigadores, Sarkar mató a la mujer y de ahí condujo hasta Los Ángeles (a más de 3.000 kilómetros de distancia y 26 horas de camino en auto sin paradas y sin tráfico).
Una vez en Los Ángeles, se presentó fuertemente armado en la UCLA, buscó a William Klug y lo mató con varios disparos.
Después se suicidó.
El jefe del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD, por sus siglas en inglés), Charlie Beck, indicó que Sarkar tenía dos pistolas semiautomáticas, una de ellas utilizada en el tiroteo, así como varias recargas y munición suelta.
Al menos una de las armas estaba registrada a nombre de Sarkar, añadió.
Quiénes eran los objetivos
El profesor de ingeniería William Klug, de 39 años, estaba casado y tenía dos hijos.
Sus colegas lo describieron como una persona amable y gentil.
Según el diario Los Angeles Times, Klug intentaba desarrollar un corazón virtual generado por computadora.
El otro profesor que aparecía en la lista mortal logró eludir a Sarkar porque no acudió el miércoles al campus universitario.
Las autoridades no revelaron su identidad pero dijeron que han estado en contacto con él y “está bien”.
En cuanto a la identidad de la mujer, se trata de Ashley Hasti, que estuvo casada con Sarkar en 2011.
Una historia de acusaciones y rencor
La policía busca el vehículo con el que Sarkar manejó hasta Los Ángeles, un Nissan Sentra gris del año 2003, en el que confían encontrar pruebas que ayuden a esclarecer el caso.
El jefe del LAPD declaró que el auto es de vital importancia porque puede contener más armas o dar información sobre otras posibles víctimas que pueda haber en el camino.
Al mismo tiempo, la investigación está centrada en entender los motivos de Sarkar para llevar a cabo estos crímenes.
En el caso de los profesores, Sarkar había expresado duras críticas contra ellos en redes sociales y en un blog.
Así, Sarkar, que estudió el doctorado en la UCLA y fue alumno de su víctima, acusó a William Klug de “haberle robado propiedad intelectual”, concretamente un código de computadora.
Una publicación de un post aparentemente escrito por Sarkar calificó a Klug como “un hombre enfermo”.
“Tu enemigo es mi enemigo. Pero tu amigo puede causar mucho más daño. Ten cuidado en quién confías”, se lee en el blog.
El jefe de policía de Los Ángeles aclaró que las acusaciones no tenían fundamento y eran producto de la imaginación de Sarkar.
En cuanto a las razones para matar a la mujer, no se han revelado más detalles.
La policía de Los Ángeles y el Buró Federal de Inteligencia (FBI por sus siglas en inglés) sigue intentando desentrañar un caso que el miércoles tuvo en vilo a la principal universidad de Los Ángeles y que continúa arrojando desagradables sorpresas.