Miles de emigrantes judíos procedentes de Etiopía bloquearon ayer la principal autopista de Tel Aviv y protagonizaron enfrentamientos violentos contra la Policía.
Miles de judíos etíopes bloquearon ayer la principal autopista de Tel Aviv en hora punta y protagonizaron enfrentamientos violentos con la Policía, en su segunda manifestación en cuatro días para protestar contra la violencia policial que sufren los miembros de la comunidad y la discriminación racial.
Los antidisturbios (algunos a caballo) cargaron por la noche en la céntrica plaza Rabin, ayudándose con granadas aturdidoras, gas lacrimógeno y mangueras de agua. Los manifestantes, miles de ellos, respondieron con piedras y botellas, hiriendo al menos a veinte agentes, según datos oficiales. A los judíos de origen africano se fueron uniendo otros manifestantes violentos, descontentos con la política del gobierno israelí.
Según el diario Jerusalem Post, se trata del choque más violento que ha vivido la ciudad en los últimos años. “Israel copia todo de Estados Unidos y han copiado también la manera de tratar a los negros”, se quejaba uno de los manifestantes en declaraciones a dicho diario.
Miles de judíos etíopes bloquearon ayer la principal autopista de Tel Aviv en hora punta y protagonizaron enfrentamientos violentos con la Policía, en su segunda manifestación en cuatro días para protestar contra la violencia policial que sufren los miembros de la comunidad y la discriminación racial.
Los antidisturbios (algunos a caballo) cargaron por la noche en la céntrica plaza Rabin, ayudándose con granadas aturdidoras, gas lacrimógeno y mangueras de agua. Los manifestantes, miles de ellos, respondieron con piedras y botellas, hiriendo al menos a veinte agentes, según datos oficiales. A los judíos de origen africano se fueron uniendo otros manifestantes violentos, descontentos con la política del gobierno israelí.
Según el diario Jerusalem Post, se trata del choque más violento que ha vivido la ciudad en los últimos años. “Israel copia todo de Estados Unidos y han copiado también la manera de tratar a los negros”, se quejaba uno de los manifestantes en declaraciones a dicho diario.
Las tensiones estallaron el pasado 26 de abril con la difusión por internet de un vídeo casero en el que dos agentes policiales blancos arrestaron violentamente y con un excesivo uso de la fuerza a un emigrante etíope en la ciudad de Holón.
La víctima, soldado del Ejército y que iba de uniforme cundo la policía cerró una calle por un objeto sospechoso, fue brutalmente golpeado y sin que mediara razón aparente más que el haber preguntado a qué se debía el retén.
“Los hechos que se reflejan en el vídeo no están a la altura de los valores de la Policía”, dijo entonces un portavoz policial, que aseguró que los dos agentes habían sido apartados de sus funciones y estaban bajo investigados.
Sin embargo, la comunidad etíope, de las más pobres de Israel, lo ha interpretado como la gota que colmaba el vaso, y desde entonces prosiguen sus protestas.
El jueves pasado lo hicieron en Jerusalén, en una violenta manifestación que recorrió las principales calles de la ciudad y que acabó con un balance de quince heridos, doce manifestantes y tres agentes.
Ni las promesas del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ni del ministro de Seguridad Interior, Isaac Aharonovich, ni las del jefe de la Policía, Yohanan Danino, han servido para calmar los ánimos.
“La Policía cree que está desconectada de la población”, se quejó hoy Avi, un joven etíope que denunció la constante discriminación de su comunidad.
“El 70% de los etíopes han sido concentrados en guetos en 17 localidades, creando tensiones con el resto de la población, y desde que nos colocaron allí no se acuerdan más de nosotros”, agregó.
El jueves pasado lo hicieron en Jerusalén, en una violenta manifestación que recorrió las principales calles de la ciudad y que acabó con un balance de quince heridos, doce manifestantes y tres agentes.
Ni las promesas del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ni del ministro de Seguridad Interior, Isaac Aharonovich, ni las del jefe de la Policía, Yohanan Danino, han servido para calmar los ánimos.
“La Policía cree que está desconectada de la población”, se quejó hoy Avi, un joven etíope que denunció la constante discriminación de su comunidad.
“El 70% de los etíopes han sido concentrados en guetos en 17 localidades, creando tensiones con el resto de la población, y desde que nos colocaron allí no se acuerdan más de nosotros”, agregó.