La vacuna contra el Covid-19, desarrollada en Gran Bretaña, ha mostrado resultados alentadores en los monos macacos rhesus, de los animales más cercanos a los humanos. Los científicos que trabajan en la vacuna estiman que, de probar su eficacia, podría estar lista para septiembre.
La ChAdOx1 nCoV-19, actualmente en desarrollo por científicos de la Universidad de Oxford, se ha convertido en los últimos días en la vacuna potencial más prometedora contra el coronavirus.
Este jueves 30 de abril, el fabricante británico AstraZeneca dijo que ayudaría a Oxford a desarrollar, producir y distribuir la vacuna. “Nuestra esperanza es que, uniendo nuestras fuerzas, podamos acelerar la globalización de una vacuna para combatir el virus y proteger a la gente de la pandemia más mortal de esta generación”, dijo el director ejecutivo de AstraZeneca, Pascal Soriot.
La asociación espera producir 100 millones de dosis para finales de año y dar prioridad al suministro en Reino Unido, dijo Soriot al ‘Financial Times’.
La primera buena noticia llegó la semana pasada de un laboratorio en el estado norteamericano de Montana, donde seis macacos rhesus, que recibieron una dosis de la vacuna británica hace un mes, no contrajeron el Covid-19 después de haber estado expuestos a él. Otros monos que no habían sido vacunados contrajeron el virus y se enfermaron.
“El macaco rhesus es lo más parecido a los humanos que tenemos”, dijo Vincent Munster, el científico que llevó a cabo el experimento, al ‘New York Times’.
Morgane Bomsel, una bióloga molecular que trabaja en el Covid-19 en el Instituto Cochin de París, considera que los resultados son alentadores, pero advierte que no hay que celebrarlo tan pronto, aunque solo sea porque aún no se han publicado los detalles del experimento realizado en Montana. “No sabemos todavía, por ejemplo, a qué dosis del virus se expusieron los macacos, o cómo se contaminaron”, dijo a France 24.
Primeras pruebas en humanos en Europa
Las pruebas de la vacuna ChAdOx1 nCov-19 están avanzando rápidamente en Gran Bretaña también. El 24 de abril, la vacuna de Oxford fue la primera en Europa en entrar en la etapa de pruebas en humanos, con 1.110 voluntarios sanos reclutados.
“El objetivo es asegurar que la vacuna no sea tóxica para el cuerpo humano”, dijo Bomsel. En otras palabras, antes de comprobar si el ChAdOx1 nCov-19 protege del Covid-19, los investigadores deben garantizar primero que no es peligrosa.
El siguiente paso para el desarrollo de una vacuna suele ser “tomar muestras de sangre de los sujetos para comprobar la presencia de anticuerpos y la eficacia de la vacuna contra el coronavirus”, explicó Bomsel.
Si el ensayo da resultados positivos, millones de dosis de ChAdOx1 nCov-19 podrían estar disponibles para septiembre, dijeron los investigadores de Oxford al ‘New York Times’.
“Generalmente, de hecho, toma alrededor de 18 meses”, dijo a France 24 un miembro de la Sociedad Francesa de Virología (SVF), una red de más de 1.000 virólogos de diferentes laboratorios.
Una vacuna ya conocida por los investigadores
Los científicos de Oxford podrían trabajar a una velocidad récord porque “en cierto sentido, esta vacuna no es nueva”, dijo una viróloga de la SVF, que pidió permanecer en el anonimato al no querer involucrar a su empleador en el debate, y añadió que los investigadores utilizaron una “plataforma tecnológica con la que ya tienen bastante experiencia”.
El núcleo de la vacuna -ChAdOx1- es un adenovirus; es decir, que pertenece a una familia de virus que tienen un efecto leve en los humanos y está presente en los chimpancés.
“También existe en los humanos, pero los investigadores prefirieron tomarlo de los monos para estar seguros de que el cuerpo humano no ha desarrollado ya anticuerpos para protegerse contra él”, explicó la viróloga de la SVF. Luego se combina con partes de otro virus para hacer una vacuna.
Los investigadores de Oxford ya han utilizado el ChAdOx1 en el pasado para probar vacunas contra el ébola, la chikungunya, la fiebre del Valle del Rift y, sobre todo, el virus del Síndrome Respiratorio del Medio Oriente (MERS), un coronavirus relacionado con el Covid-19 del que se informó por primera vez en 2012. Los científicos británicos obtuvieron resultados muy alentadores en este último caso, especialmente con pruebas en macacos rhesus.
Para el coronavirus actual, simplemente “añadieron la proteína de superficie de Covid-19 a ChAdOx1”, dijo Bomsel. Esa es la parte del virus que le permite adherirse a las células anfitrionas e infectarlas. Por lo tanto, el propósito de la vacuna es permitir que el cuerpo humano desarrolle defensas contra este mecanismo de adhesión a una célula humana.
Dado que la tecnología ya está en marcha y ya han probado en humanos otras vacunas utilizando ChAdOx1, los científicos de Oxford fueron capaces de adaptarla rápidamente a la pandemia actual y desarrollar los protocolos necesarios para los ensayos clínicos.
Estrategia de vacunación en anillo
Pero incluso, si los resultados del ensayo clínico que se están llevando a cabo actualmente terminan siendo prometedores, todavía será demasiado pronto para celebrarlo.
El siguiente paso, la fase III del desarrollo de la vacuna, será administrarla a los voluntarios, que volverán de nuevo a sus entornos habituales donde podrían estar expuestos de forma natural al virus. El proceso completo para asegurar que estos sujetos sean efectivamente inmunes a la enfermedad puede tomar hasta tres años.
Entonces, ¿cómo pueden los científicos británicos comprometerse a proporcionar dosis de ChAdOx1 para septiembre si las pruebas tienen éxito? Siguiendo un procedimiento específico para los casos en los que no hay suficiente tiempo para completar las pruebas: la vacunación en anillo.
“La idea es administrar la vacuna a los miembros del primer círculo de contactos de las personas que se enferman con el virus, y luego observar si el virus contamina el segundo círculo. De esta manera, es posible tanto vacunar como evaluar”, explicó la viróloga francesa.
Esto se hizo durante la epidemia del Ébola de 2018 en la República Democrática del Congo y se podría replicar para luchar contra el Covid-19.
Aunque los expertos entrevistados por France 24 reconocieron que el trabajo del equipo de Oxford es muy prometedor, dijeron que otras posibles vacunas, como las que están siendo desarrolladas por las compañías farmacéuticas americanas, Inovio y Moderna, podrían también estar en etapas avanzadas de investigación para el otoño.
A pesar de las noticias alentadoras, no hay garantía de que las vacunas funcionen. Incluso, si los esfuerzos de la Universidad de Oxford no tienen éxito, “por lo menos habremos aprendido mucho sobre cómo el sistema inmunológico del cuerpo combate este virus”, dijo Bomsel.
La viróloga del FSV se mostró aún más optimista: “Incluso si la vacuna no inmuniza con éxito al cuerpo contra el Covid-19, todavía podemos esperar que reduzca la gravedad del virus”, dijo. Lo que sería preferible a ver cómo el número de víctimas del coronavirus crece cada día.