La ofensiva ha causado 34 muertos, entre ellos ocho miembros de una familia palestina. La milicia islamista ha disparado 450 cohetes.
La Yihad Islámica ha aceptado un alto el fuego con Israel en la madrugada de este jueves tras dos días de escalada bélica en Gaza –que se ha saldado con 34 palestinos muertos y más de un centenar de heridos– a causa del asesinato selectivo de su principal comandante en una operación del Ejército. La aviación de combate había machacado durante 50 horas las posiciones de la Yihad Islámica en la Franja, en oleadas que se han cobrado la vida de una veintena de milicianos. Pese a la “precisión quirúrgica” de los ataques que un portavoz castrense ha atribuido a la respuesta de Israel al disparo de 450 cohetes contra su territorio, al menos una decena de civiles, han muerto en los bombardeos. El lanzamiento de cinco nuevos proyectiles ha puesto en peligro en la mañana del jueves la viabilidad del cese de hostilidades.
La mediación de la ONU y la presión de la inteligencia militar de Egipto surtieron efecto sobre la dirección de la Yihad Islámica exiliada en Siria. Hamás, el movimiento palestino hegemónico en Gaza, se ha mantenido al margen de un enfrentamiento que ha extenuado la capacidad militar de su aliado, que llevaba semanas actuando por su cuenta contra Israel. “La ocupación ha capitulado ante los términos de la resistencia”, intentó enfatizar Musab al Berim, portavoz de la Yihad, mientras el Ejército Israelí se limitaba a confirmar que había cesado las incursiones contra el enclave costero y que respondería con “calma a la calma” sobre el terreno. Egipto precisó que en el acuerdo de alto el fuego la milicia palestina se ha comprometido a que las marchas de protesta en la frontera no sean violentas, en tanto que Israel dejará de disparar munición real contra los manifestantes.
El teniente coronel Jonathan Conricus, portavoz internacional de las Fuerzas Armadas, declaró que Israel había cumplido sus objetivos de la denominada Operación Cinturón Negro tras haber eliminado en la madrugada del martes al comandante de la Yihad Islámica Baja Abu al Ata, a quien consideraba responsable de los ataques con cohetes desde Gaza en los últimos meses. Israel y Hamás, el movimiento islamista que Gobierna de facto en la Franja desde 2007, mantienen un cese de hostilidades tras la guerra de 2014, y han acordado en los últimos meses mediadas para paliar la crisis económica en el territorio palestino, que sufre una tasa de paro del 50%.
Conricus destacó que gracias a la precisión de la información de la inteligencia israelí se ha infligido un serio revés a la Yihad Islámica mediante la destrucción de arsenales, fábricas y rampas de lanzamiento de cohetes y centros de mando militares, entre otros objetivos destruidos por los bombardeos. El Ejército asegura que ha matado a 25 jefes y milicianos del grupo palestino, y que en la operación se han limitado al máximo los daños a la población civil gazatí.
El Ministerio de Sanidad palestino en Gaza ha contabilizado 34 muertos en las dos jornadas de hostilidades. Ocho miembros de una familia, entre ellos dos mujeres y cinco menores, perdieron la vida durante en Deir el Balah (centro del enclave), en uno de los últimos ataques. El Ejército israelí está investigando esta operación, según aseguró el teniente coronel Conricus. “En principio, se trataba de un objetivo militar legítimo, ya que en la casa se encontraba un comandante de la Yihad Islámica (Rasmi Abu Malhus, responsable de lanzamiento de cohetes)”, adelantó el portavoz castrense, quien apuntó a que los jefes de las milicias utilizan sus viviendas como centros de mando y a sus familias como escudos humanos. Además de los siete civiles de Deir al Balah, han perdido la vida la esposa del comandante Al Ata (en el asesinato selectivo del martes), así como un padre y sus dos hijos cuando circulaban en una motocicleta camino de un hospital.
Las alarmas por lanzamiento de cohetes contra Israel se activaron a partir del martes en la periferia de Tel Aviv, y no han dejado de sonar durante dos días en un radio de 40 kilómetros en torno a Gaza, donde los colegios permanecían aún cerrados este jueves. El Ejército israelí asegura que el escudo antimisiles Cúpula de Hierro ha interceptado el 90% de los proyectiles, aunque algunos impactaron en casas, fábricas o carreteras. El sistema defensivo no se activó frente el 60% de los 450 cohetes lanzados desde la Franja, ya que los radares detectaron que no iban a impactar sobre zonas habitadas. Los servicios sanitarios israelíes han atendido a medio centenar de civiles heridos leves. Blindados y baterías de artillería se habían concentrado el miércoles en la frontera, donde fueron movilizados reservistas en un despliegue de refuerzos ante una eventual operación terrestre a gran escala.