La firma del grupo francés L’Oreal no renovó el alquiler del local donde funcionaba la Maison Lancôme. Lo hizo en momentos de devaluación y freno a las importaciones.
Entre 2011 y este año, una docena de marcas de lujo abandonaron el mercado local afectadas por el freno a las importaciones y el constante incremento de los costos. Ahora, L’Oreal se sumó a la lista. El grupo francés de cosmética acaba de tomar la decisión de cerrar uno de sus íconos en el país, como es la Maison Lancôme. Se trata de su local de tratamientos de belleza, venta de cosmética y fragancias, considerado un emblema en la Argentina. Ubicado sobre la Avenida Santa Fe al 1320, se inauguró en 1997 y fue el segundo abierto por la marca fuera de Europa y el único que funcionaba en América Latina.
De hecho, el establecimiento había sobrevivido al fuerte plan de reducción que el grupo europeo aplicó en el país durante la crisis de 2001, cuando cerró su planta de Pilar y dejó de fabricar localmente.
En ese momento, el establecimiento abastecía el 60% de los productos que comercializaba L’Oréal en el país. El resto se importaba desde las filiales que tiene la empresa en Europa, Estados Unidos, México y Brasil.
Tras su cierre, todos los productos que el grupo europeo vende en el país pasaron a ser importados. Si bien el momento actual por el que atraviesan todas las empresas que deben abastecerse del exterior es cada vez más complicado, en L’Oreal aseguraron que la decisión de cerrar la Maison Lancôme no tiene relación con los problemas para importar sino con una cuestión inmobiliaria.
Al respecto, Myrna Polotnianka, ejecutiva de Prensa y Relaciones Públicas de L’Oréal Luxe, explicó a El Cronista que el contrato de alquiler del local donde funcionaba la Maison se venció y el grupo decidió no renovarlo.
En este sentido, sostuvo que el local no cumplía ya con los estándares de calidad y las exigencias a nivel internacional para ofrecer servicios de tan alta calidad. Agregó que el cierre fue decidido en octubre del año pasado y que no está en los planes inmediatos volver a abrir otro local.
Recordó, además, que la marca tiene otros espacios similares en Falabella de Unicenter. Hasta ahora, los productos de belleza y cosmética de Lancôme también se comercializan en más de un centenar de puntos de venta en el país.
En cuanto a los problemas para importar, la ejecutiva reconoció que las restricciones al ingreso de productos del exterior también están generando inconvenientes para la compañía. ”Estamos afectados como todas las empresas que trabajan con insumos importados“, señaló.
La decisión ya había sido anticipada por el principal ejecutivo de la división de Lujo y de la unidad de Cosmética Activa, Valentín González, al sitio especializado Pharmabiz.
Pero mas allá de los argumentos expuestos por los voceros del grupo europeo, en el mercado relativizaron los problemas inmobiliarios y especularon con que el cierre de la Maison Lancôme debe tener relación con las medidas anti importadoras y los fuertes aumentos de costos que están sufriendo las empresas que se deben abastecer de componentes importados. El total de los productos que comercializa la división de lujo en el país provienen del exterior. Cuestiones de costos y de rentabilidad razonaron fuentes del sector también consultadas por este medio.
Lo mismo ocurrió con otras importantes marcas internacionales de lujo que, durante el gobierno kirchnerista, debieron discontinuar sus negocios en el país por similares razones. Los últimos casos fueron los de Kenzo, Emporio Armani (la primera marca de lujo en abandonar el país en 2009), Yves Saint Laurent, Escada y Cartier.