Por primera vez, el Ministerio de Salud de la Nación publicó conclusiones de expertos para tratar la obesidad en adultos. En Argentina, el 18% de la población sufre esa enfermedad.
Por primera vez, el Ministerio de Salud de la Nación publicó una guía para el tratamiento de la obesidad de los adultos en base a las evidencias aportadas por cientos de estudios científicos que han evaluado beneficios de diferentes estrategias. Para la confección de la guía, intervino un panel interdisciplinario formado por especialistas como Alberto Cormillot, María Elena Torresani, Julio Montero y Mónica Katz, entre otros. Aquí van las 10 pautas básicas que se recomiendan para bajar de peso sin hacer esfuerzos excesivos:
1 – Calcular el índice de masa corporal.
Este parámetro se obtiene al considerar el peso en kilogramos dividido por la altura en metros al cuadrado. Se descubrió que cuando el índice aumenta por encima de 27 en adultos, también sube significativamente el riesgo de sufrir infartos, ataques cerebrovasculares, hipertensión y diabetes tipo 2.
2 – Medir la circunferencia de cintura.
Es un indicador de la distribución de la grasa corporal. Los depósitos de grasa en la panza son más peligrosos que los acumulados en la cola. “Se debe a que la grasa depositada en el abdomen es metabólicamente más activa. Lleva a un mayor recambio de ácidos grasos libres a nivel hepático y a mayor formación de triglicéridos. Actúan como disparadores de hiperglucemia, dislipemia e hiperinsulinismo”, explica Torresani, directora de la carrera de Especilización en Nutrición Clínica de la UBA. Se considera que hay un riesgo alto si la circunferencia de cintura es mayor de 102 centímetros en varones y 88 centímetros en mujeres.
3 – Recibir la atención de un equipo de profesionales.
El equipo debe estar integrado por un nutricionista, un profesor de actividad física, un psicólogo y un médico. “Toda persona con sobrepeso debería ir primero al médico de atención primaria, quien evaluará si necesita derivar el caso a un equipo de profesionales”, afirmó la médica Mónica Katz, de la Universidad Favaloro, al ser consultada por Clarín. “En los casos de pacientes que no han respondido bien al tratamiento inicial o en los que tienen mayores riesgos, se aconseja ser atendido por un equipo interdisciplinario”, señaló César Casávola, jefe del Servicio de Nutrición del Hospital Alemán y presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición.
4 – Ponerse como objetivo en 12 meses la reducción del 5 al 10 por ciento del sobrepeso respecto al peso de inicio.
Antes de empezar, el paciente podrá conversar con el profesional los posibles factores que podrían llevar al fracaso. “Se desaconsejan los descensos rápidos porque se pierde también masa muscular y se produce un rebote más fácilmente que en los descensos cómodos”, advirtió Casávola.
5 – Identificar los beneficios que la reducción de peso puede traer para la salud.
“Es clave que la persona se ponga a pensar por qué quiere bajar de peso. Una de las razones es que sirve para controlar enfermedades como la diabetes, la hipertensión, el cáncer, apneas del sueño y los desórdenes cardiovasculares. También, al bajar de peso se camina mejor y se sufren menos dolores de articulaciones. Se mejora notablemente la autoestima”, resaltó Silvio Schraier, director de la carrera en médicos especialistas en nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
6 – Seguir un plan alimentario que se adapte a los gustos de la persona.
“No hay alimentos inadecuados, sino cantidades inadecuadas. Por ejemplo, no se pueden prohibir las medialunas, pero deberían ser consumidas en cantidades limitadas”, comentó Schraier. Agregando que: “cada paciente debe seguir metas específicas, desde llegar a atarse los cordones a caminar unas cuadras sin que falte el aire”. Es importante que no se picoteen alimentos fuera de los horarios pautados de comida.
7 – Practicar actividad física, especialmente aeróbica.
Lo más recomendable son las caminatas rápidas de 5 kilómetros por hora, pero depende de la situación de cada paciente. Hay personas muy obesas que podrían empezar por ejercicios de brazos.
8 – Seguir una terapia conductual.
Puede ser útil para algunos pacientes con obesidad. Sirve para modificar hábitos no saludables y prevenir recaídas. A través de la atención con un profesional especializado en terapia conductual, el paciente aprende a usar herramientas para generar habilidades que le permitan alcanzar un peso saludable. Debe asociarse al plan de alimentación balanceada y a la práctica de actividad física. “La terapia conductual ayuda a los pacientes a definir las metas por etapas, crea un compromiso con el profesional o con un grupo de pacientes, facilita el autocontrol y hace que se generen expectativas adaptadas a la realidad de cada paciente”, explicó Casávola.
9 – En algunos pacientes, medicación.
La guía del Ministerio de Salud avala el uso del fármaco orlistat. “En personas con obesidad y que adhieren al tratamiento convencional, se sugiere considerar –en particular en hipertensos o diabéticos– la adición de orlistat a 120 miligramos tres veces por día durante un año para ayudar a bajar levemente de peso”, señala la guía. Sin embargo, los especialistas en obesidad también suelen recetar otros productos que pueden colaborar en el tratamiento.
10 – Recurrir en algunos casos a la cirugía bariátrica. Se recomienda solo cuando el tratamiento convencional no funcionó. Requiere de una preparación previa del paciente para asumir el impacto de la operación. “Si la terapia convencional no funcionó –advirtió Casávola– es porque el paciente tiene dificultades para encarar un plan, y justamente la cirugía no resuelve el problema si no se acompaña de un seguimiento profesional con experiencia. El paciente se enfrenta a nuevos dilemas, como la mala absorción de vitaminas y minerales de por vida”.