El 71% de los agresores fueron pacientes y el 26% familiares, siendo los ataques más comunes los insultos y amenazas.
La Organización Médica Colegial (OMC) registró en 2016 un total de 495 agresiones a los profesionales de la sanidad pública y privada, lo que supone un aumento del 37,12% con respecto a 2015. Según los datos del Observatorio Nacional de Agresiones, desde que se creó en 2010, ha registrado un total de 2.914 agresiones a facultativos.
El perfil de los agresores no siempre es el mismo: en 2016, el 71% de ellos fueron los propios pacientes, frente a un 26% que resultaron ser familiares. No obstante, el tipo de violencia también varía, siendo la verbal la más común de todas. Así, la más frecuentes son los insultos (45,7%) y las amenazas a los profesionales (40,9%). De esta manera, una de cada 10 agresiones terminaron en ataques físicos o psíquicos.
Si bien no existe un agresor que responde habitualmente a las mismas características, tampoco ocurre con las víctimas. Entre ellas, las más perjudicadas suelen ser las mujeres (un 58,3%) mientras que el porcentaje total de hombres afectados es de un 41,6. Estos datos varían dependiendo de la propia agresión, ya que la violencia verbal, por lo general, va dirigida a ellas, mientras que la física suele estar destinado al varón.
Pedro Lorente, médico especializado en cuidados intensivos, cuenta que ha sufrido varias agresiones a lo largo de su carrera profesional. Relata a EL MUNDO que “en la mayoría de ocasiones, estos sucesos se producen por falta de confianza en el sistema sanitario por parte de los pacientes y familiares y que cada caso depende de varios factores”. Añade que las más comunes son las de carácter verbal como consecuencia de la pérdida de respeto hacia el profesional.
Asimismo, Lorente asegura que “la mayoría de los casos no se notifican por intentar no darle importancia” y que por lo tanto, opina, que los incidentes de este tipo son más numerosos que los que revelan los datos oficiales. “El servicio de urgencias es el más vulnerable a que sufra algún tipo de agresión, principalmente por la tensión que se vive en el mismo”.
Según los datos de la Observatoria Nacional de Agresiones, el 87% de los casos, ocurrieron en los centros sanitarios de carácter público. Por su parte, sólo uno de cada 10 agresiones durante el año pasado se produjeron en el sector privado. Una de las explicaciones de este contraste son las largas listas de espera que sufren los pacientes que acuden a la sanidad pública y que es, a su vez, uno de los principales motivos por los que se desencadena la propia agresión.
Si se analizan estos datos por comunidades, el mayor número de agresiones que se registraron el año pasado fue en Cataluña (109), Andalucía (102) y Madrid (99). No obstante, la mayor incidencia se produjo en Melilla, con 17,6 agresiones por cada mil médicos, seguida de Extremadura (4,96), Ceuta (3,13) y Cataluña (2,96).