El brote ha generado afectaciones económicas que sacuden a los mercados globales de materias primas.
Los cargueros que regresan a Australia después transportar cientos de miles de toneladas de mineral de hierro a China, pueden enfrentar una cuarentena de hasta catorce días antes de poder volver a cargar.
BHP, una de las mineras de cobre más grandes del mundo con oficinas en Londres y Melbourne, ha estado en negociaciones sobre la posibilidad de retrasar los embarques a los puertos chinos.
Y desde Catar hasta Indonesia, los exportadores de gas natural licuado enfrentan la posibilidad de afectaciones en los embarques luego de que se informó que un importador clave en China está devolviendo las entregas al invocar las cláusulas en los contratos a largo plazo que aluden a una “fuerza mayor”.
El brote de coronavirus en China ha generado afectaciones económicas que sacuden a los mercados mundiales de productos básicos e interrumpen las redes de suministro que actúan como el pilar que sostiene la economía mundial.
“Estamos viendo un efecto en expansión”, dijo Ed Morse, director global de investigación de productos básicos de Citigroup en Nueva York. “Y no vemos que se detenga”, agregó.
Los precios de materias primas industriales clave como el cobre, el mineral de hierro, el aluminio y el gas natural líquido se han desplomado desde que apareció el virus. Las monedas de países que exportan estos bienes a unas tarifas elevadas —entre los que se encuentran Brasil, Sudáfrica y Australia—, están en los niveles más bajos que se hayan registrado recientemente. Y los productores, las mineras y los fabricantes de productos básicos de todo tipo están considerando si se verán obligados a retrasar la producción por temor a saturar sus inventarios.
Las tribulaciones en los mercados de las materias primas —se puede decir que son el activo que peor se ha desempeñado en los mercados financieros este año— reflejan una realidad básica: China, con su economía acentuadamente industrial, es el consumidor más importante de materias primas del planeta.
Además, los esfuerzos drásticos para apaciguar el brote, incluido el cierre de Wuhan, una ciudad de 11 millones de habitantes, y las graves restricciones en el transporte a lo largo de todo el país, han desacelerado la economía china de manera marcada.
Los economistas de JPMorgan ahora piensan que la economía de China crecerá a un ritmo de solo un uno por ciento en el primer trimestre, una caída importante de una predicción inicial que anticipaba una tasa del 6,3 por ciento.
La recesión será más pronunciada en el sector industrial. La mayoría de las provincias chinas extendieron la celebración del Año Nuevo lunar y mantuvieron cerradas las fábricas hasta el lunes 10 de febrero en un esfuerzo por contener el virus. Algunas han reabierto, pero podrían pasar semanas o meses antes de que la producción pueda aumentar por completo.
Este es el desafío más importante para las cadenas de suministro que se han desarrollado en décadas recientes para entregar un suministro continuo de materiales que hacen bullir a las fábricas chinas.
Los mercados de productos básicos han dado traspiés a medida que esas fábricas han permanecido improductivas. El mineral de hierro disminuyó en más de un 10 por ciento este año. El cobre, cerca de un 8 por ciento, al igual que el níquel, un componente básico del acero inoxidable. El zinc y el aluminio han disminuido en más de un 5 por ciento en 2020.
“Hay una enorme caída en el consumo y se necesita espacio de almacenamiento”, comentó Harry Tchilinguirian, director de estrategia de productos básicos en el banco francés BNP Paribas, ubicado en Londres. “Y si no tienes espacio de almacenamiento, esa es una de las razones por las que los compradores están invocando esta cláusula”.
Uno de los mayores importadores de gas natural licuado de China, China National Offshore Oil Corporation (CNOOC), es una de las compañías que ha invocado la cláusula de “fuerza mayor”, según múltiples informes de noticias. En consecuencia, los precios del gas asiático cayeron y los precios de referencia para el gas natural líquido del norte de Asia han caído más del 30 por ciento en 2020.
Los precios del cobre también están en riesgo porque las industrias de la construcción y automotriz de China se han estancado. BHP dijo que estaba monitoreando la situación y que estaba “trabajando de manera estrecha con nuestros clientes de cobre”.
Para algunos expertos, la disminución del cobre puede ser un signo ominoso: el cobre, gracias a su conexión directa con el sector industrial, se ha considerado durante mucho tiempo un indicador no oficial pero crucial del rumbo de la economía mundial.
Que la recesión sea un incidente pasajero o una sacudida grave depende tanto de la epidemiología como de la economía.
Si la propagación del virus comienza a disminuir —como muchos esperan que suceda— lo más probable es que los productos básicos se recuperen hasta llegar a su estado normal y los inventarios que se han acumulado en las últimas semanas disminuyan gradualmente.
“Mucho de lo que ha pasado con algunos de los precios de estos productos básicos es más especulación de que la situación empeore antes de mejorar”, comentó John LaForge, director de estrategias de activos reales en el Instituto de Inversión de Wells Fargo. “Mi predicción es que los precios de los productos básicos se recuperarán muy rápido”, aseveró.
Otros no están tan seguros.
Morse, de Citigroup, dijo que varios mercados clave —como el del petróleo crudo— ya habían mostrado debilidad, lo cual sugería que la economía mundial era débil incluso desde antes de que el brote del virus apareciera. Eso podría complicar una recuperación rápida en los precios de los productos básicos.
“El mercado piensa que va a haber una recuperación en forma de V en algún momento. Y no pienso que eso esté en el horizonte”, predijo.