Tras la muerte del primer mandatario de Venezuela, muchas preguntas surgen en todo el mundo. Felipe Sahagún, periodista de el diario “El Mundo”, publicó una nota acerca de las distintas visiones de Hugo Chávez durante sus mandatos.Desde 1999, cuando asumió por primera vez la presidencia de Venezuela, Hugo Chávez ha sido catalogado de dos maneras muy distintas. Para sus seguidores, tal como explicó el profesor Michael Shifter en su perfil para Foreign Affairs, “Chávez fue un héroe movido por impulsos humanitarios a reparar la desigualdad y la injusticia social, que luchó valientemente por la solidaridad latinoamericana y contra el imperio estadounidense”. Alguien “con carisma y petrodólares, que aprovechó la oportunidad de corregir los desequilibrios de riqueza y de poder en los asuntos hemisféricos y venezolanos”.
El Nobel colombiano Gabriel García Márquez vio en Chávez a dos personas radicalmente distintas: “una a la que los caprichos del destino habían ofrecido la oportunidad de salvar a su país; la otra, un ilusionista que podría pasar a los libros de Historia como otro déspota más”.
Para quienes no lo querían, Chávez fue un dictador que despreció el Estado de Derecho y el proceso democrático. Se esmeró en hacer “una carrera catastrófica hacia el control estatal de la economía, la militarización de la política, la destrucción de sus adversarios, el coqueteo con regímenes parias, el antiamericanismo y programas sociales equivocados que suponen un grave retroceso para Venezuela. Un autoritario cuya visión y cuya política fueron rotundos fracasos y una grave amenaza para su propio pueblo, sus vecinos latinoamericanos y los intereses de EEUU”.
Sus tendencias autocráticas, su megalomanía, su hiperactividad y su capacidad de seducción son algunas de las características que se encontraron en ambas visiones. Pero hay que tener en cuenta su prudencia o cobardía en los momentos más difíciles.
Carlos Fuentes lo vio como “a un Mussolini tropical, disponiendo con benevolencia de la riqueza del petróleo al mismo tiempo que sacrificando las fuentes de producción y empleo”. Muchos lo han comparado con Castro y con Gadafi. Su nacionalismo, militarismo, populismo, oratoria y preocupación por la redistribución de la riqueza también lo han asemejado al accionar e ideales de Juan Domingo Perón.
Otros no llegaron a comprender la fuerza que tuvo Chávez en las urnas incluso hasta poco antes su muerte. Pero se olvidaron de los millones por año que repartió en programas alimentarios, educativos y sanitarios entre los venezolanos más necesitados.
“Hugo Chávez sin uniforme” es la mejor síntesis de las biografías del comandante, donde Alberto Barrera y Cristina Marcano tienen la misma pregunta que se hizo García Márquez: “¿quién es, en definitiva, Hugo Chávez?”. Y responden con más interrogantes: ¿por dónde va la historia de aquel niño criado por su abuela en una casa de palma con suelo de tierra? ¿Fue un verdadero revolucionario o un neopopulista pragmático? ¿Hasta dónde llegó su sensibilidad social y hasta dónde su propia vanidad? ¿Fue un demócrata que intentó construir un país sin exclusiones o un caudillo autoritario que secuestró el Estado y las instituciones? ¿Pudo ser, acaso, las dos cosas al mismo tiempo?.