Las gemelas de Sallent: la imagen de Alana encabezó una marcha contra el acoso escolar en Barcelona

La mamá de la nena, que se suicidó por el bullying que sufría, llevó una pancarta con su rostro. Reclamaron por una ley nacional.

Entre las pancartas con las caras de las nenas y los nenes que ya no están -porque el bullying que padecieron los hundió hasta hacerles creer que vivir no valía la pena-, asoma la de Alana, la adolescente argentina que hace poco más de dos meses saltó al vacío desde el balcón de su casa en Sallent, un pueblo de Cataluña.

No se tiró sola: saltó tomada de la mano de su hermana gemela, Leila, que fue la única que sobrevivió de las dos.

Este sábado, la imagen de Alana, sonriente, con dos banderas argentinas pintadas en las mejillas, acompañó la marcha silenciosa por las calles de Barcelona que denunció: “El acoso escolar mata”.

En primera fila, su mamá, Maia, sostenía en alto la foto de la nena y dos fechas: la del día en el que nació -07/03/2010- en Mar del Plata, y la de la tarde en Sallent en la que, cuando volvió del colegio en el que cursaba primer año, dejó una cartita escrita, trepó a la silla que había arrimado a la baranda del balcón y saltó -21/02/2023-.

Alana tenía 12 años.

Su gemela, Leila, estuvo internada hasta fines de marzo. Hoy sigue en tratamiento de rehabilitación.

Ser el blanco de las burlas

La manifestación fue convocada por la Plataforma Trencats, una agrupación civil creada por José Manuel López Viñuela, papá de Kira, una adolescente que para calmar la angustia que le provocaban las burlas de sus compañeros de clase se quitó la vida en 2021 en Barcelona.

“Alana no pudo soportar seguir siendo el blanco de burlas en su instituto cuando más necesitaba la aceptación de su entorno. Hace poco más de dos meses que decidió acabar con su sufrimiento y su hermana gemela Leila no quiso dejarla sola. El acoso escolar mata y sólo lo podemos parar entre todos”, decía José Manuel antes de la marcha.

Así lo reflejó la carta que Alana dejó para su papás: “Yo quiero ser feliz, pero evidentemente esto lo voy a sufrir el resto de mi vida y tomé la decisión de no seguir”, escribió la nena que murió 14 días antes de cumplir los 13 años.

Reclaman una ley contra el acoso

Las pancartas de la marcha contra el acoso escolar recorrieron este mediodía parte de Barcelona, desde la puerta de la Consejería de Educación, en la Plaza Urquinaona, hasta la sede de gobierno catalán, el Palacio de la Generalitat, en la Plaza Saint Jaume.

Unas 300 personas, la mayoría papás y mamás de chicos que padecen o padecieron bullying, reclamaron, además, que España apruebe una ley contra el acoso escolar.

“La escuela no es segura. Los niños tienen menos derechos civiles que los adultos. Tienen que recibir un segundo golpe, o un tercero, para que se aplique un protocolo que justifique que los han tratado mal antes. Eso no es normal”, dijo José Manuel cuando la marcha estaba terminando.

“Esta manifestación está avalada por más de 253.000 firmas. Queremos que eso se regule. Todos los países tienen una ley de acoso escolar y España, el primer país europeo en casos de bullying, no la tiene”, lamentó.

Con la leyenda “No es cosa de niños”, José Manuel pide firmas en la plataforma change.org para que el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes de España consiga que el Parlamento apruebe la ley contra el acoso escolar.

Ya reunió más de 250.000 adhesiones. Su petición es una de las más firmadas en la plataforma que recoge peticiones ciudadanas.

“No lo olvidemos: un niño que se suicida no quiere morirse, lo que quiere es dejar de sufrir”, dice José Manuel en su petitorio (www.change.org/NoEsCosaDeNiños).

España tampoco olvida la historia de Alana y Leila, que para la gente son “Las mellizas de Sallent”.

La Consejería de Educación de Cataluña admite que, desde que Leila y Alana se arrojaron por el balcón de su casa, los avisos de acoso escolar se triplicaron.

Hasta el 23 de enero, la Unidad de Apoyo al Alumnado en Situaciones de Violencia (USAV) había recibido 127 llamadas por posibles casos de violencia, 46 de las cuales argumentaban acoso escolar.

Y entre el 23 de enero y el 20 de marzo, las denuncias por violencia fueron 241, de las que 125 fueron por presunto bullying.

“Están haciendo con las gemelas de Sallent lo mismo que con Kira, negar el acoso en el colegio”, le dijo José Manuel a Clarín un día después de que las nenas saltaran al vacío.

“Se va a cuestionar si era una familia normal, si estaban bien. Todo eso me lo han hecho a mí”, lamentaba.

“¿Cómo se atreven a cuestionar a los padres? Las niñas no estaban bien el colegio. Punto. Ya está. Si quieres una culpa, ahí la tienes -afirmaba-. Los padres, encima de que se nos han muerto nuestras hijas, tenemos que soportar que nos cuestionen. Es vergonzoso”.