Si bien el presidente Biden fijó el 11 de septiembre como fecha límite para la retirada, el desalojo se ha acelerado tanto que algunas voces apuntan que podría concluir en julio
Todas las tropas de Estados Unidos y de la OTAN abandonaron la base aérea de Bagram, anunció este viernes un funcionario de defensa estadounidense, y señaló que la retirada completa de las fuerzas extranjeras de Afganistán es inminente.
“Todas las fuerzas de la coalición han abandonado Bagram”, dijo el funcionario bajo condición de anonimato, sin precisar cuándo exactamente dejaron la base ubicada 50 km al norte de Kabul.
La fuente tampoco indicó la fecha en la que se entregará oficialmente la base al ejército afgano.
Tras 20 años de presencia, la OTAN anunció el 29 de abril el inicio del repliegue de sus tropas, lo que abre un período de inmensa incertidumbre para Afganistán, todavía azotado por la violencia.
Otros contingentes más pequeños, como los de España, Estonia y Dinamarca, ya abandonaron el país.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, fijó el 11 de septiembre como fecha límite para la retirada estadounidense, día del vigésimo aniversario de los ataques contra las Torres Gemelas por parte de los yihadistas de Al Qaida.
La retirada se ha acelerado tanto que algunas voces apuntan que podría concluir en julio.
Desde el comienzo de mayo, los talibanes han lanzado varias ofensivas de envergadura en las zonas rurales, mientras las fuerzas gubernamentales luchan por consolidar sus posiciones en las áreas más urbanas.
Su capacidad para mantener el control de la base aérea de Bagram será fundamental para preservar la capital, Kabul, y mantener la presión sobre los talibanes.
Durante décadas, esta base fue fundamental en la intervención estadounidense en Afganistán, donde el enfrentamiento contra los talibanes y sus aliados de Al Qaida se llevó a cabo mediante ataques aéreos y misiones de suministro desde ese aeropuerto..
Por otra parte, el mes pasado durante la cumbre del G7, la OTAN alertó sobre los “desafíos sistémicos” presentados por China y advirtió a Rusia que respete las normas internacionales, en una cumbre que marcó el reencuentro con Estados Unidos, un aliado estratégico con el que pasó momentos de tirantez en años recientes.
En una extensa declaración final de decenas de páginas, los líderes refirmaron su “unidad, solidaridad y cohesión” para abrir “un nuevo capítulo en las relaciones transatlánticas” al tiempo que definieron a la OTAN como “la fundación de nuestra defensa colectiva”.
Aunque fuentes diplomáticas habían asegurado que la declaración se referiría a China sin lenguaje “incendiario”, la nota señaló categóricamente que “las ambiciones de China” y su comportamiento representan “desafíos sistémicos al orden internacional basado en reglas”.
”Llamamos a China a respetar sus compromisos internacionales y actuar con responsabilidad en el sistema internacional, incluyendo los dominios espacial, cibernético y marítimo”, expresó la OTAN en la declaración.
La “creciente influencia de China (…) puede representar desafíos que precisamos enfrentar juntos, como una alianza. Nos enfrentamos cada vez más a amenazas cibernéticas, híbridas y asimétricas”, apuntan los líderes.