El INTA presentó una maquinaria capaz de transformar los gases bovinos en biocombustible. Podrían, incluso, hacer funcionar un auto.
Técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) presentaron un nuevo sistema capaz de capturar el metano que surge del rumen de las vacas y convertirlo en biocombustible. Éste, aseguran, puede utilizarse para generar luz, calor, alimentar una heladera o incluso un auto. Se trata de una fuente de energía alternativa para uso doméstico.
“Como los bovinos liberan gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera, proponemos una forma económica y práctica de secuestrar esas emisiones y utilizarlas como sustituto energético”, afirmó el coordinador del grupo de Fisiología Animal del INTA Castelar –Buenos Aires–, Guillermo Berra.
De acuerdo con las estadísticas a nivel mundial, para 2050 se prevé una disminución drástica de las reservas petroleras, por lo que será necesario dar con fuentes de energía alternativas. Y, con este logro, estaríamos frente a una posibilidad certera para suplir el gas natural comprimido faltante.
La energía generada por las vacas sería ideal para que “en aquellos lugares donde no llega la convencional, los productores tengan una alternativa para cocinar, iluminar sus viviendas e, incluso, manejar sus autos”, indicó el investigador.
Para Ricardo Bualo, uno de los técnicos del INTA que participa del proyecto, el biometano purificado y comprimido puede generar energía calórica, lumínica y motriz. “Una vaca emite alrededor de 300 litros de metano por día, que pueden ser utilizados para poner en funcionamiento una heladera de 100 litros de capacidad a una temperatura entre dos y seis grados durante un día completo”, afirmó, al tiempo que agregó que ahora es necesario transmitir este conocimiento a los productores para que su utilización se multiplique.
Para capturar el gas, los especialistas utilizan una serie de cánulas comunicadas directamente con el interior del rumen, que contiene el metano. Con él se llena una bolsa plástica que, como una suerte de mochila, se coloca en el lomo del animal.
“La cantidad de gases recolectados varía según el alimento ingerido y el tamaño del ejemplar: una vaca adulta emite cerca de 1.200 litros por día, de los cuales entre 250 y 300 son metano”, informó Berra.
Como los ejemplares generan diferentes gases, la iniciativa del INTA propone el uso de un compuesto industrial como la monoetanolamina (MEA), en un 25%, para extraer el dióxido de carbono y el ácido sulfhídrico y purificarlos hasta obtener una concentración de alrededor de 95% de metano.
Para que la acción de la MEA sea más eficiente, se utiliza un método de burbujeo, ya que “las burbujas hacen que haya más superficie de gas que se expone al compuesto y se purifique. El gas filtrado, que es enriquecido en metano, se almacena en otro contenedor y, en caso de que sea necesario aumentar su concentración, se repite el proceso”, indicó Bualo.
El resultante es sometido a un método de compresión sencillo para ser incluido en garrafas.
Además de tratarse de una fuente natural de energía, este sistema generador de biometano colabora con el medio ambiente. De acuerdo con un informe de la FAO, las emisiones de GEI asociadas a las cadenas productivas de la ganadería representan un 14,5% de todas las emisiones de origen humano y, entre las principales fuentes, se ubican las producidas por la digestión de las vacas -39%- y la descomposición del estiércol -10%-.
Finalmente Berra, médico veterinario, aclaró: “Es importante tener siempre presente el cuidado y respeto por los animales ya que el hecho que sean de producción no significa que deba descuidarse su trato”.