Un equipo de investigadores colocó dispositivos satelitales en ballenas francas australes para acceder sus rutas migratorias y áreas de alimentación.
Científicos del CONICET e investigadores que pertenecen a un consorcio de instituciones, colocaron ocho dispositivos satelitales en ballenas francas australes (Eubalaena australis) en el Golfo San Matías (Provincia de Río Negro) en septiembre de 2017. “Es porque si bien se han sugerido varias zonas de alimentación para estos animales en el Atlántico Sur basadas en registros históricos de captura, se carece de información precisa sobre las rutas de migración, la ubicación y la utilización de los principales puntos de alimentación, y como ello varía temporalmente a través de la información obtenida por los transmisores satelitales comenzamos a reconstruir sus trayectorias”, señala el Investigador Superior del Centro para el Estudio de los Sistemas Marinos (CESIMAR CONICET-CENPAT), Enrique Crespo.
Este monitoreo es además, según indican los científicos, una estrategia para cuidarlas y protegerlas, considerando que durante la última década hubo años en los que la mortalidad de crías de ballenas francas australes en Península de Valdés alcanzó valores sin precedentes, pero con una variabilidad muy alta de un año al otro.
“Las causas de esta elevada mortalidad son aún desconocidas y por eso resulta importante realizar este seguimiento satelital”, afirma el científico.
En un taller organizado por la Comisión Ballenera Internacional (CBI) en 2010 y como parte del Plan de Manejo para la Conservación de la CBI para las ballenas francas del Atlántico Sur, se identificó el uso de la telemetría por satélite como proyecto altamente prioritario.
Para este proyecto se utiliza tecnología de seguimiento satelital de última generación con bajo impacto sobre los animales y que se ha utilizado en centenares de ejemplares de otras 6 especies de ballenas en el mundo. “Consiste en la implantación del dispositivo en la zona dorsal de la ballena de forma tal que queda fijo temporariamente al tejido sub-cutáneo. Con el pasar de los días el instrumento es expulsado por la ballena hasta que eventualmente deja de funcionar, se cae y se pierde”, explica Crespo.
La investigación y la metodología que desarrolla el equipo de investigación, tienen trayectoria. Entre el año 2014 y 2015, se marcaron 15 ballenas en el Golfo Nuevo. Se realizó el seguimiento de una hembra con cría en la Bahía de San Antonio en 2016 y durante el 2017 se lograron implantar transmisores en ocho ballenas adultas solitarias marcadas en el Golfo San Matías, en cercanías de San Antonio Oeste. Todas se encuentran en la actualidad trasmitiendo datos de su posición geográfica.
Así puede saberse que las ballenas “Segunda”, marcada el 16/9 y “Lolita”, marcada el 18/9 partieron casi de inmediato de la zona de San Antonio Oeste y se dirigieron rápidamente hacia el norte bordeando la costa de la Provincia de Buenos Aires hasta frente a la desembocadura del Rio de la Plata. Por su parte “Mariposa”, marcada el 20/9 se dirigió rápidamente hasta el borde del talud bonaerense donde parece también haber encontrado un lugar para alimentarse. “Gaucha” marcada el 19/9, realizó una visita rápida a la Península Valdés, donde entró al Golfo San José y luego partió hacia la zona del talud. “Saltimbanqui” marcada 21/9 está transmitiendo en forma intermitente pero viajó desde San Antonio Oeste al Golfo San José donde permanece en una zona de alta concentración de ballenas cerca de la costa este conocida como Bahía Fracaso.
En tanto, “Mandarina” marcada el 15/9 también viajó a la Península Valdés, entró brevemente al Golfo San José luego rodeó la península y entró al Golfo Nuevo donde aún permanece casi siempre en zonas más profundas del centro del golfo. “Cherubino” marcada el 22/9 se dirigió rápidamente al Golfo Nuevo en Península Valdés, donde también parece preferir las aguas más profundas del centro del Golfo. Finalmente “Traviata” (marcada el 19/9 partió de San Antonio Oeste y bordeó la costa de Río Negro y Buenos Aires hasta Monte Hermoso.
“La información producida por las ballenas, remarca el enorme dinamismo de esta población de animales, el uso que hacen de los golfos nor-patagónicos, la dispersión de estos animales cuando se alejan de las costas y el uso que hacen de la plataforma y el talud. Estos registros tienen gran importancia para evaluar las amenazas a las que se enfrenta esta población de ballenas.
De este proyecto liderado por CONICET, participan además la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA según sus siglas en Inglés), el Instituto Aqualie de Brasil, la Wildlife Conservation Society (WCS), la Fundación Patagonia Natural, el Instituto de Conservación de Ballenas, la Universidad de California Davis de Medicina Veterinaria y la Escuela Superior de Ciencias Marinas de la Universidad Nacional del Comahue; los investigadores responsables del proyecto son los Dres. Enrique A. Crespo, Alexandre N. Zerbini, Howard Rosenbaum, Martin Mendez, Guillermo Harris y Raúl González.