La responsable del Programa de Personas en Situación de Calle, analizó en la 99.9 desde su experiencia el accionar en las cuestiones sociales por parte de distintos movimientos: “hay algunas organizaciones genuinas y solidarias que se mantienen con donaciones, pero también muchas de origen político que se nutren y sostienen con los recursos del estado”.
La situación social en Mar del Plata es delicada, pero tiene distintas realidades. La responsable de llevar adelante el Programa para Personas en Situación de Calle, Leticia González, tiene una amplia experiencia en el trato de distintas organizaciones y destacó a través de la 99.9 que existen distintos tipos de intereses en esta problemática.
“La gente cuando no tiene resuelta la cuestión del ingreso y el trabajo, siempre hay necesidades. Cuando se genera una oferta, también se genera una demanda”, explicó inicialmente. Luego abundó: “hay distintos tipos de organizaciones de ayuda, algunas son genuinas y solidarias que se ocupan generalmente en silencio recibiendo donaciones y hay otras que son políticas que se nutren y se sostienen a través de los recursos del estado. De estas últimas, hay muchas en la ciudad”.
En medio de las protestas siempre suelen quedar los niños y las mujeres como imágenes visibles de los cortes. En particular los menores que están bajo la tutela de sus padres pero en situaciones donde no deberían estar: “Mar del Plata es una ciudad complicada, donde es difícil conseguir trabajo pero eso no se relaciona con estas organizaciones. Conozco gente muy honesta y que hace muchos años que tienen un trabajo de base comunitario. Veía el corte en la Secretaría de Desarrollo Social y me desesperaba que había muchos chiquitos con mañanas muy frías. El Estado no puede intervenir porque están con la familia en su derecho a decidir donde llevar a los chicos, pero había mucho perjuicio para ellos mismos y para los demás”.
Mientras los años pasan, nunca se puede abordar profundamente una de las problemáticas más grandes que históricamente ha tenido la ciudad: “Mar del Plata es una ciudad donde la pobreza y el desempleo se ha transformado en algo estructural y no hay intervenciones profundas que generen un cambio en la sintomatología de gente que no tiene dinero y no puede acceder al trabajo. Los datos certeros de la baja de la capacidad adquisitiva de la gente impacta más en el sector asalariado de clase media porque el sector de menores recursos no está desprotegido”, advirtió.