Juan Carlos Molina, titular del Sedronar, dijo “es un gran paso que la Argentina no dio” y consideró que “un pibe no puede ir a la cárcel por tener tres porros en el bolsillo”.
El titular de la Sedronar, Juan Carlos Molina, se manifestó hoy a favor de la despenalización del consumo de marihuana, al considerar que “un pibe no puede ir a la cárcel por tener tres porros en el bolsillo”, y sostuvo que “es un gran paso que la Argentina no dio”.
“Tenemos que trabajar mucho la despenalización, hoy todavía no hablaría de legalización”, aseguró Molina en diálogo con el programa El Fin de la Metáfora de radio Nacional Rock, y agregó: “Tenemos que dar ese gran paso, que Argentina no tiene, de despenalizar el consumo y la tenencia personal”.
En ese sentido, agregó: “Un pibe no puede ir preso porque le encontraron 2 o 3 porros en el bolsillo. La mayoría de los pibes que están en (la cárcel de) Devoto es por narcotráfico y cuando le preguntas dicen que fue porque le encontraron con droga. Lo estamos trabajando silenciosamente”.
En cuanto al narcotráfico en particular, el funcionario aseguró que “es el principal problema del país” y celebró que haya salido de la agenda mediática porque permite trabajarlo mejor: “Que el narcotráfico no esté mediatizado nos permite trabajar, pero sabemos que va a volver porque cuando quieren hacer daño rondan sobre lo mismo”.
“Nos han querido marcar la cancha diciendo que somos un país que produce y exporte y crea una sensación de miedo e inseguridad en la gente, de que todos son chorros y drogadictos y no podemos trabajar en serio si tenemos esta mirada”, amplió.
Molina también se refirió a la relación entre la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el papa Francisco y aseguró: “Se llevan mejor que antes, tiene una relación muy amigable, muy fraterna. Los que quieren desestabilizar este encuentro le hacen daño al país”.
En ese sentido, señaló que “se pelearon y estuvo bien la pelea, porque desde las peleas también se construye” pero desde que Bergoglio es Francisco “empezó una nueva etapa”. “Los dos son grandes estadistas y tienen una mirada muy interesante sobre los demás. Ellos necesariamente tienen que llevarse bien. El gesto de ir a la Catedral es un paso más en el diálogo, en derrotar la pelea”, subrayó.