Esta mañana en la 99.9, el fiscal Fernando Castro habló sobre el caso de los policías que mataron a un carnicero en medio de una situación de extorsión por la que lo obligaban a pagar una deuda que había contraído con un matarife. “Aparentemente se hacía de manera habitual”, indicó, refiriéndose a esta metodología.
El crimen de un carnicero, cometido por dos policías que pretendían cobrar la deuda de un proveedor, puso en escena un tema delicado: la función de los oficiales que fuera de su horario laboral utilizaban hasta sus armas reglamentarias para hacer ese “trabajo” extra.
Esta mañana habló en la 99.9 el fiscal de la causa, Fernando Castro, quien aseguró: “tenemos una hipótesis de trabajo que estamos manejando, y es que estos funcionarios habrían concurrido a ese comercio con el objetivo de cobrar una deuda que el carnicero mantenía con un matarife. Aparentemente, se hacía de manera habitual”.
El hecho se desencadenó después de que el carnicero se negara a pagar la deuda contraída, y con una balacera de por medio. “Estando en el lugar, el comerciante se opuso al apriete convocando a sus hermanos. En medio de la discusión, uno de los funcionarios extrajo un gas pimienta y lo roció sobre los comerciantes. A partir de ahí comenzó una balacera importante; secuestramos 12 cápsulas de 12 vainas servidas que terminaron con la vida de uno de los comerciantes y dejaron herido a otro de los hermanos”, relató el fiscal.
Los dos policías que participaron del hecho ni siquiera son de la ciudad, según explicó Castro: “es una tarea que estarían realizando como un extra a sus funciones. Estos funcionarios, si bien no lo hacían en su carácter de policía, porque uno era de Necochea y el otro de Villa Gesell, portaban el arma reglamentaria y hacían valer esa condición”.
Por suerte, pudieron dar con ellos de manera inmediata y los detuvieron gracias al accionar de los propios policías de la Seccional Sexta: “se constituyeron inmediatamente en el lugar y aprehendieron a uno de los funcionarios cuando concurrió a la comisaría para interiorizarse sobre un supuesto enfrentamiento, y al otro en las inmediaciones del lugar a bordo de un vehículo. Se accede a la identidad de ellos a través de otro policía que los reconoció y dio la voz de alerta. En 15 o 20 minutos después del hecho, ya estaban detenidos”.
Hasta el momento, se supone que habría tres armas que se utilizaron en el hecho, aunque una todavía no fue ubicada: “hubo un cruce cuerpo a cuerpo, inicialmente. Posteriormente, la extracción del gas pimienta y luego los disparos. Hemos secuestrado una vaina servida de otro calibre, que no es de las pistolas reglamentarias, por lo que habría una tercera arma que no ha sido hallada”.
Aún resta dar con la otra pata de la cuestión: el responsable del matarife que mandó a cobrar la deuda. “El titular de la carnicería no me ha querido dar los datos de quién era la persona a la que le debía ni cuál era el monto. Esto dificulta la investigación porque debemos ubicar a quien ha mandado a hacer este apriete”, explicó Castro.