El primer ministro británico, David Cameron, evalúa distintas iniciativas para atraer al distrito financiero de Londres el creciente negocio islámico.
Cameron explicó que el Tesoro británico está trabajando en un bono islámico que posiblemente sea lanzado el próximo año y logre recaudar unos 200 millones de libras (unos US$320 millones).
Estos productos financieros islámicos, conocidos como “sukuk”, tienen el objetivo de evitar la prohibición de pagar o recibir intereses conforme a la ley “sharia” y los mandamientos del Corán. Son inversiones, en lugar de préstamos. La rentabilidad para el inversor viene como resultado de los beneficios o de la renta, y no de intereses. Varios países de mayoría musulmana, como Indonesia, Malasia y Turquía, utilizan este método para recaudar fondos.
“Londres es ya el mayor centro de finanzas islámico fuera del mundo musulmán, pero hoy nuestra ambición es ir más lejos. No quiero que Londres sea la gran capital de las finanzas islámicas en el mundo occidental, quiero que figure junto a Dubai y Kuala Lumpur como una de las capitales de las finanzas islámicas en cualquier parte del mundo”, comentó en rueda de prensa David Cameron.
El Primer Ministro también aseguró que la Bolsa de Londres lanzará un nuevo índice bursátil de empresas cuyas actividades sean congruentes con los principios islámicos. Eso ayudaría a los inversores musulmanes a la hora de decidir dónde colocar su dinero.
Los préstamos convencionales con intereses siguen dominando en el mundo islámico, que necesita obtener fondos de los mercados o de organismos como el Fondo Monetario Interancional o el Banco Mundial. Y muchos países reciben intereses de inversiones como bonos del gobierno de Estados Unidos. Sin embargo, se prevé que las inversiones islámicas a nivel global alcancen US$2 billones el próximo año.