Londres y Dublín alcanzan un acuerdo sobre las víctimas y el legado de la violencia en Irlanda del Norte

El Gobierno británico abolirá la ‘amnistía’ abierta a terroristas y protegerá a veteranos soldados y agentes de seguridad bajo sospecha penal.

Los gobiernos británico e irlandés han acordado un marco conjunto de actuación en la revisión del legado de seis décadas de violencia sectaria en Irlanda del Norte, que se cobró cerca de 3.500 vidas y unos 40.000 heridos en la región hasta la firma del tratado internacional de paz, en 1998.

El Acuerdo de Belfast / Viernes Santo, que facilitó el cese de la lucha armada del IRA y de los paramilitares lealistas, dejó sin resolver las cuestiones en torno a la trágica herencia del pasado, la reparación de las víctimas y el camino hacia la reconciliación de dos principales comunidades -nacionalista/católica irlandesa; unionista/protestante británica- que siguen divididas pese al silencio de las armas hace casi tres décadas.

La nueva iniciativa compromete al Ejecutivo de Keir Starmer a derogar la controvertida Ley del Legado, de 2024, y su polémica oferta de ‘amnistía’ a autores de atentados terroristas y asesinatos de civiles que colaboren en el esclarecimiento de crímenes de los Troubles, como se conocen la era de plomo de la guerra del IRA. El ex primer ministro conservador, Boris Johnson, quiso «trazar una línea bajo los Troubles» con la aún vigente legislación, que ampara a los veteranos de rendir cuentas de muertes aparentemente injustificadas y que vio la luz condenada al fracaso.

Los partidos norirlandeses y asociaciones de víctimas de ambas comunidades repudiaron el plan tory y el Gobierno de Dublín denunció la ley ante la Corte Europea de Derechos Humanos. El litigio interestatal sigue su curso, aunque podría ser retirado una vez que el Ejecutivo británico publique el nuevo texto legislativo.

«La defectuosa, inviable y ampliamente rechazada Ley del Legado del Gobierno anterior ha causado un gran dolor y angustia a muchas personas en Irlanda del Norte. Creo que este marco, respaldado por una nueva cooperación de ambos gobiernos, representa la mejor manera de avanzar para, finalmente, lograr progresos en los asuntos pendientes del Acuerdo de Viernes Santo», declaró el ministro británico de Irlanda del Norte, Hilary Benn. El curtido político laborista presentó el «marco conjunto del Legado», junto al viceprimer ministro irlandés Simon Harris, en el castillo de Hillsborough, en el condado de Down, este viernes 19.

La fórmula acordada reabre la vía penal para dirimir responsabilidades por crímenes cuya verdad aún no ha salido a la luz. Sin embargo, militares y agentes de seguridad tendrán garantías adicionales, incluidos el derecho a la anonimidad al prestar declaración o a negarse a viajar a Irlanda del Norte para testificar durante el proceso judicial. También se tendrá en cuenta la salud y bienestar del ex militar, que tendrá garantizada la protección en su vejez de repetitivas investigaciones. Algunos de los estimados 1.300 asesinatos sin resolver se perpetraron a principios de los años 70.

El responsable conservador en Defensa, James Cartlidge, criticó la iniciativa angloirlandesa que, según dijo, «abre la compuerta a una nueva ola de acciones legales maliciosas contra nuestros veteranos, lo que amenaza la moral del Ejército justo cuando nos enfrentamos a las amenazas militares más graves desde la Guerra Fría».

El Gobierno irlandés cooperará en la revisión de los casos históricos, además de contribuir financieramente en ayuda de las víctimas del terror.

Además, se activará por primera vez una iniciativa de memoria histórica, que se había consensuado en 2015. Se trata de la Comisión Independiente de Recuperación de Información sobre los crímenes y atrocidades de los Troubles. Datos revelados a través de este mecanismo transfronterizo no tendrá peso como evidencia ante un tribunal de Justicia, pero puede aportar la verdad que muchas víctimas persiguen desde que perdieron a su pareja, familiares o amistades en la fase más reciente del conflicto irlandés.