El Consejo Superior del Colegio de Abogados de la provincia de Buenos Aires consideró que los magistrados “deben ponderar y ajustar sus resoluciones de modo tal que en ningún caso provoquen conmoción social”, como sucedió en el caso del fallo de los jueces Horario Piombo y Benjamín Sal Llargués, que morigeraron la pena que recibió el violador de un nene de seis años.
También se pronunciaron a favor de “la urgente aprobación de un Código de Ética Judicial en cuya concepción deben participar los actores vinculados a la Justicia y entre los cuales de modo obligado se encuentran los Abogados y sus Instituciones Colegiales”.
“La previsibilidad de las consecuencias de las sentencias y la vinculación de estas últimas con la realidad a la que los jueces deben ser necesarios tributarios, es un principio esencial que cuando no es respetado suscita supuestos de gravedad institucional según lo ha decidido la Corte Suprema de Justicia de la Nación”, sostuvo el organismo en un comunicado de prensa.
Los abogados manifestaron que “algunos de los fundamentos de la decisión señalada contienen expresiones, calificaciones y juicios de valor que rebasan cualquier límite de interpretación razonable, incurriéndose en un grave desvío de la actividad jurisdiccional” y destacaron que esta actitud “ha provocado un categórico rechazo por parte de la sociedad en general”.