Un análisis de ADN realizado sobre un hueso humano de 40.000 años mostró notables similitudes entre los perfiles genéticos de los asiáticos y los nativos americanos.
Las pruebas permiten deducir que los asiáticos y los amerindios del presente descienden de personas que vivían en China hace 40.000 años. El análisis genético se realizó sobre el hueso de una pierna hallada en una cueva en Tianyun, en China, y mostró que los primeros humanos modernos en Pekín se diferenciaban genéticamente de sus ancestros, los europeos modernos.
La investigación estuvo a cargo de antropólogos del Instituto de Antropología Evolutiva Max Planck de Leipzig, Alemania. TAmbién participaron científicos de la Academia China de Ciencias. Para llegar a esa conclusión, tomaron el ADN nuclear y mitocondrial del fósil hallado. “Este individuo vivió durante una importante transición evolutiva de los primeros humanos modernos, que compartieron algunas características con las especies anteriores, como los neandertales. Se trata de una especie que sustituyó a los neandertales y a los denisovanos, que posteriormente se extinguieron”, afirmó el autor principal de la investigación, Svante Paabo, del Instituto de Antropología Evolutiva Max Planck.
El análisis mostró también que los primeros humanos modernos que vivieron cerca de Pekín ya se habían separado genéticamente de sus ancestros europeos modernos. Además, la proporción de ADN de los neandertales y de los denisovanos no era mayor que la de los humanos modernos en esa región. “Más análisis adicionales de los primeros humanos modernos de toda Eurasia nos permitirían ajustar nuestra comprensión de cuándo y cómo los humanos modernos se distribuyeron en Europa y Asia”, aclaró Paabo.