Durante su asalto a la ciudad iraquí de Mosul, el Estado Islámico envió 40.000 tuits al día.
Robert Hannigan, el jefe de la agencia británica de espionaje electrónico (GCHQ), que lleva una semana en el cargo, ha escrito una tribuna en “Financial Times” reclamando a las grandes firmas de Silicon Valley más ayuda contra el cíber-yihadismo. Hannigan destaca que Estado Islámico es el primer grupo terrorista cuyos miembros han crecido en la era de internet y están haciendo un uso diferente y más peligroso de la web. Por ejemplo, en el asalto a la ciudad iraquí de Mosul enviaron 40.000 tuits cada día. Además utilizan las redes sociales para transmitir mensajes encriptados, que les sirven para sus operaciones criminales y planes de batalla.
El espionaje británico afirma que Estado Islámico es mucho más sofisticado que Al Qaida en internet, con un uso maestro de Twitter y YouTube y de redes menos conocidas, como JustPaste.it y la rusa Vkontakte. El GCHQ recuerda a las multinacionales estadounidenses, entre las que incluye también a Google, Yahoo, Facebook o Microsoft, que lo quieran o no, se han convertido en base de operaciones para los terroristas, y les advierte que sin su ayuda no se podrá hacer frente a al desafío criminal.
La colaboración que piden las agencias de espionaje provoca rechazo en las empresas, sobre todo tras el escándalo destapado por Edward Snowden. Las multinacionales responden que debe mediar un mandato judicial e invocan el derecho a la privacidad. Hannigan contraataca diciendo que se está dando cobertura a crímenes horribles contra la infancia y a asesinatos, por lo que pide que se llegue a un acuerdo de colaboración frente a los delincuentes más terribles que operan en internet. Una vez más está servido el viejo debate libertad/seguridad.