Curanderos y gurús de la medicina alternativa comienzan a publicitar falsos remedios. El Gobierno de EEUU ya ha actuado ante la venta de productos fraudulentos contra el virus.
Hay quien asegura que el agua del mar puede con el ébola. Otros, que este virus no prospera si tomamos aceite de orégano. También los iones de plata curan esta enfermedad letal o incluso frotarse con sal. La última ha sido la ozonoterapia administrada por el recto. Y luego ya están los productos directamente venenosos o nocivos, pero que se recomiendan sin tapujos como remedios curalotodo. Como sucede con el cáncer y otras enfermedades que suscitan especial desasosiego entre la gente, empresas y curanderos sin escrúpulos están aprovechando la atención obtenida por el brote de ébola para tratar de colocar sus productos y sus mensajes.
En estos días, el Gobierno de EEUU ha tenido que remangarse para actuar contra algunos de estos vendedores de milagros. A través de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), se han enviado ya notificaciones a tres empresas distintas que estaban realizando reclamos para sus productos asegurando que curan o previenen del contagio del mortal virus. “El virus del ébola no puede sobrevivir en la presencia de un grado terapéutico de aceite esencial de corteza de canela y de orégano”, aseguraba la empresa Young Living en su web. “Muchos aceites esenciales son altamente antivirales. Algunos de ellos podrían ayudar a prevenir el contagio del virus del ébola”, publicitaba la compañía DoTERRA. “El ébola tiene cura. Nano Silver inhibe el virus”, era el reclamo de Natural Solutions.
La FDA asegura que, dado que no hay por el momento cura para esta enfermedad, estos reclamos fraudulentos “deben rectificar o retirar estas afirmaciones de inmediato, o posiblemente enfrenten sanciones correspondientes”.
Desde los primeros casos en África Occidental, los curanderos de los países afectados han querido también aplicar sus terapias a los enfermos. En Nigeria, por ejemplo, estuvo a punto de provocarse una crisis de proporciones incalculables cuando los allegados de un médico enfermo acudieron al hospital a sanarle con imposición de manos. Afortunadamente, se evitó que el virus se descontrolara en el país más poblado de África.
Del mismo modo, ya han aparecido en España los primeros casos de personas y organizaciones que aseguran tener remedios para el ébola y la malaria y cualquier otra enfermedad. La asociación Dulce Revolución ha escrito a la OMS para ofrecerse a enseñarles sus remedios con plantas contra el ébola, a pesar de que nunca hayan tratado a nadie con esa enfermedad por motivos evidentes. Su líder, Josep Pàmies (condenado por destruir cultivos transgénicos y por cultivar marihuana) se ha encargado de difundir sus “tratamientos a coste cero contra el ébola” en sus webs y en los medios de comunicación que le han dado voz. Mientras se busca desesperadamente una cura en todo el mundo, Pàmies dice sin tapujos que “el ébola se puede curar” con unas plantas descartadas hace décadas.
Las redacciones españolas recibieron estos días una nota de prensa de una asociación que defiende el uso de ozono como terapia y que aseguraba que la OMS debía usarlo contra el ébola. “El virus del ébola tiene muy pocas posibilidades de sobrevivir a la exposición directa del gas”, aventura la asociación de ozonoterapeutas. ¿Cómo se cura a los pacientes? “El tratamiento de ozonoterapia se administraría por insuflación rectal”, aseguran. La monja Teresa Forcades está publicitando el uso de MMS (miracle mineral solution, siglas en inglés), un medicamento ilegal y peligroso que, según la Agencia Española del Medicamento , puede poner en riesgo la vida del paciente.
“Es otro nivel de engaño más sofisticado”, explica Vicente Baos, médico y activista contra las pseudomedicinas y los supuestos remedios que carecen de evidencia científica, como la homeopatía. “Es un nivel de charlatanería mejor pensado para engañar. Pero es temerario, sobre todo hablando de enfermedades graves, más aún porque no tienen ningún estudio que lo avale. Está absolutamente prohibido atribuir propiedades curativas a algo que no esté demostrado”, insiste.
Según Baos, “en España la legislación es más laxa y en EEUU lo tienen más claro” y por eso habrían actuado con esa celeridad. “El decreto de los productos milagro no se aplica”, lamenta Fernando Frías, abogado especializado en combatir estas pseudoterapias, “y no hay mecanismos directos de denuncia que funcionen realmente”.