Acción solidaria | Son las que descubrieron tiradas en un galpón de Banfield hace un tiempo. Los alumnos de la Escuela Técnica N° 4 de Llavallol ya repararon 20 y las entregaron a abuelos e instituciones que las necesitan.
“Trabajar en silencio para un mundo ruidoso”, es la premisa de alumnos y profesores de la Escuela Técnica N° 4 de Llavallol, los mismos que están arreglando las cientos de sillas de ruedas que directivos del PAMI encontraron arrumbadas en un galpón en Banfield. Tras el hallazgo, los convocaron para repararlas y en apenas un mes dejaron lista la primera tanda de 20, que ellos mismos entregaron.
“Hacer este trabajo social en la comunidad nos hace muy felices, sentimos que podemos marcar la diferencia en nuestro barrio”, contó el director de la institución, Mario Rodríguez. “Lo que empezó como un proyecto local de a poco se ha ido extendiendo y ahora nos llegan sillas de toda la provincia para ser arregladas”.
Cuando entregaron la primera camada a la Técnica N° 4 estaban en pésimo estado, pero en el taller del profesor Pablo Giannine, los alumnos se pusieron manos a la obra. “Cuando vimos las sillas nos miramos y no sabíamos por dónde empezar. Muchas no se podían reparar y lo que hicimos fue intentar reutilizar las piezas. Así, armamos sillas con partes de otras”, explica Giannine, profesor de electromecánica y encargado del proyecto. “En otros casos solo teníamos que hacer el tapizado de los sillones, recuperar los apoyabrazos y pintar o cambiar alguna pieza. Así que tratamos de hacer nuestro mayor esfuerzo y trabajar lo mejor posible durante las horas de taller”, cuenta Juan Cincotta, alumno de 6° año.
El 24 de mayo fue la fecha señalada para la entrega de las primeras sillas en algunos centros de salud. Los chicos, que con sus manos y la ayuda de sus compañeros las habían reparado, hicieron la entrega directamente los abuelos. “Fue muy emocionante. Nos estaban esperando y cuando un abuelo vio la silla de ruedas reparada se emocionó mucho y no paraba de agradecernos. Fue una gran experiencia ver cómo el trabajo que tanto nos costó y tanto tiempo nos demandó llegó a una persona que lo necesitaba y le cambió la vida”, recuerda Facundo Cuellar, alumno de 4° año. Otra de las sillas estuvo destinada a la Estación de Llavallol. “Todas las estaciones deberían contar con una silla de ruedas en caso de que ocurra algún accidente o inconveniente”, afirmó Rodríguez.
Además de la recuperación de las sillas de PAMI, la escuela cuenta con otros proyectos que, incluso, despertaron el interés de la gobernadora de la Provincia, María Eugenia Vidal.
Ahora, alumnos de 7° año junto al profesor José Fridrich construyen una silla para transporte de quemados. En 2002 habían entregado las primeras de este tipo en algunos hospitales municipales y el cuartel de bomberos pero los costos y la falta de materia prima provocaron que la producción se detuviera. Hace pocos meses volvieron a ponerse en contacto desde distintas instituciones de salud para reanudar los trabajos y ya tienen casi listas para entregar las primeras cuatro sillas.
“Logra inmovilizar al paciente para que esté en una posición cómoda que permite hacerle las limpiezas y lavados. También es útil para los ortopédicos y obstetras, ya que facilita algunos procedimientos en esas especialidades”, remarcó Mario Rodríguez.