Un documento que refleja los saldos, indica que Florencia tiene a su nombre más de 5,5 millones de dólares.
Cristina Fernández de Kirchner es la primer Presidenta desde 1983 que está procesada y con todos sus bienes embargados, en una causa judicial que investiga posibles delitos financieros que perjudicaron al Estado. ¿Fernández de Kirchner no podrá disponer de la fortuna que hizo crecer junto a su ex esposo también ex Presidente en más de un 1200 por ciento durante tres gestiones gubernamentales?
La ahora empresaria full time de una cadena hotelera y de compañías de bienes raíces si podría usar parte de su patrimonio generado en los años de fulgor político K.
Si quisiera, la ex mandataria podría tomar una chocolate caliente en una cafetería de El Calafate por el costo promedio, unos 80 pesos. Incluso, si se tentara con la compra de una cartera modelo Birkin de Hermes, cuyo costo oscila entre los 50 y 120 mil dólares –un objeto de moda que ella igualmente ya posee– podría pedirle prestado dinero a su precavida hija Florencia. Es que según pudo reconstruir Clarín en base a un documento que la propia ex Presidenta dio como verdadero, la heredera tiene en una cuenta bancaria en dólares abierta en el Banco Galicia, al menos al 10 de junio pasado, un saldo de US$ 1.032.144,91 dólares, equivalentes (al cambio de $ 14,15) a $ 14.604.850,48 dólares.
El mismo documento financiero indica que Florencia tenía además hasta el día de junio ya mencionado US$ 4.664.000 dólares (equivalentes a $ 65.995.600 millones) en dos cajas de seguridad. Los datos están volcados en un papel titulado “Detalles de Plazos Fijos vigentes al 10/06/2016 (ver facsímil).
Es la misma información que fue recolectada por la Justicia en un operativo realizado en el lugar donde trabaja el contador de los Kirchner, Víctor Manzanares.
Los Kirchner tienen además otras cuentas que pertenecen a sus empresas, como la hotelera Hotesur y la inmobiliaria Los Sauces. O la que corresponde a la sucesión de Néstor Kirchner, un trámite aun sin finalizar.
La diputada Margarita Stolbizer y su asesora Silvina Martínez denunciaron el martes pasado que los Kirchner habían realizado “movimientos sospechosos en diferentes cuentas bancarias y en cajas de seguridad no declaradas”, por un total que rondaría los “cinco millones de dólares”.
Fue por eso que le pidieron al fiscal del caso Hotesur, Gerardo Pollicita, que instruye el expediente que le delegó el juez Julián Ercolini, que investiguen esas maniobras que la familia K, según acusó la legisladora nacional del GEN, impulsó para que esos millones sean “sustraídos de los ojos de la Justicia”.
La ex Presidenta Cristina Fernández dejó el poder informando otro tipo de patrimonio en su última declaración jurada ante la oficina anticorrupción.
En sincronía con el embargo de sus bienes que le impuso la Justicia, sin embargo, quien pasó a poseer buena parte de los ahorros de su madre es Florencia, una multimillonaria súbita, en un entorno de socios y de ex funcionarios que lograron ese objetivo tras años de invertir de modos diversos sus sueldos siempre estatales.
La inhibición total de los bienes de Cristina Fernández de Kirchner fue impuesta por el juez Claudio Bonadio después de que la procesara en la causa conocida como “dólar futuro”. Ése es el nombre de una operación legal del Banco Central (BCRA) que permite comprar divisas norteamericanas para vender esos billetes en una fecha pactada y a un precio estipulado de antemano.
La patagónica procesada, y embargada, denunció a la diputada Margarita Stolbizer y al juez federal Claudio Bonadio ante la Justicia porque los acusa de haber montado una especie de complot para perjudicarla.
La ex Presidenta está convencida que el juez le entregó a la diputada el documento que revela el estado de sus cuentas bancarias para que Stolbizer la denunciara: “Bonadío, en un escandaloso tráfico de información, le entregó a Stolbizer un cuadro de tenencias monetarias que fuera sustraído en uno de los allanamientos que realizó la semana pasada en las oficinas de nuestro contador”.
Conocida la información, Cristina Kirchner se apuró a negar que los movimientos de dinero revelados por la diputada y su asesora Martínez hayan sido operaciones ilegales.
En el juzgado de Bonadio afirman que las pruebas de los allanamientos a los que alude Cristina Fernández de Kirchner no habían llegado a tribunales, por lo que entonces la información sobre sus cuentas no pudo salir de ese despacho.
La ex Presidenta, que reveló en público operativos de la policía que la investigaba en el sur, o que mostró incluso la tarjeta del comisario que instaló cerca de sus departamentos en Recoleta una cámara que la irritó, demostró así que ella misma es capaz de conseguir información calificada que, como siempre ocurre en la Argentina, pasa por demasiadas manos antes de llegar a la Justicia. Las fuentes que están dispuestas a filtrar a los medios documentos como el que ilustra esta nota pueden provenir de ámbitos diversos, que en este caso no incluye a la Justicia ni al Poder Legislativo.
Para el periodismo, la protección de la identidad de esas fuentes es una garantía constitucional.