Un grupo anónimo que trabaja en Internet está haciendo estragos con la clase política de Alemania. Tienen como objetivo demostrar que algunas figuras públicas hicieron trampa cuando escribían sus tesis doctorales.
Hasta el momento lograron la renuncia de un ex ministro de Defensa, Karl-Theodor zu Guttenberg, y la de dimisión la ministra de Educación, Annette Schavan.
Tras una larga investigación, la Universidad de Düsseldorf le retiró a Schavan su doctorado por presentar “de manera sistemática y deliberada esfuerzos intelectuales que no eran propios a lo largo de su disertación” que escribió hace más de 30 años.
El doctorado en Alemania es un símbolo inequívoco de prestigio, que implica dirigirse a las personas por sus títulos. Éstos hasta pueden aparecer en el pasaporte y otros documentos oficiales.
La doctora Debora Weber-Wulff, o WiseWoman, como se le conoce en línea, es una de las pocas integrantes de este grupo que no tiene miedo a dar su nombre. Ella forma parte de clic VroniPlag, el portal de colaboración en Internet en el que decenas de personas pueden comprobar si una investigación académica fue plagiada. Lo hacen con bases de datos y búsquedas en Google. Comparan los textos, revisan los pies de foto y, cuando creen haber encontrado algo, lo ponen en su página para que otros miembros lo contrasten. Luego crean una especie de código de barras para documentar gráficamente sus hallazgos. Los fragmentos rojos y negros revelan plagio, mientras lo blanco está limpio. Ahí sí publican el nombre del escritor involucrado y las partes sospechosas y mandan la información a la universidad para que ésta actúe.
Hasta el momento han publicado 41 nombres de personas que podrían haber plagiado y, según Weber-Wulff, apenas diez corresponden a políticos.
Pero las investigaciones de políticos ha sido el objetivo desde que se describió que el entonces ministro de Defensa, Karl-Theodor zu Guttenberg, plagió su trabajo. En una página llamada clic Guttenplag Wikiclic documentaron este hallazgo. Poco después, el ministro se vio forzado a renunciar y ahí empezaron a buscar nuevos casos.
VroniPlag recibió el caso de Schavan en 2011 y trabajó en él durante cinco meses en secreto, pero sus miembros no se pusieron de acuerdo sobre si era realmente plagio, según explica Weber-Wulff. Entonces un bloguero anónimo se dedicó a documentarlo por su cuenta en un blog llamado clic SchavanPlag.
Si bien Schavan rechaza la determinación de la universidad, dijo que no hizo trampa y aseguró que las acusaciones le afectan profundamente.
Silvana Koch-Mehrin debió renunciar a su puesto como vicepresidenta del Parlamento Europeo cuando fue despojada de su doctorado. En una entrevista dijo que “a los activistas en páginas como VroniPlag no les interesa la limpieza de la academia sino escenificar un escándalo”.
Thorsten Wilhelmy, quien trabajó en el Consejo Alemán de la Ciencia y las Humanidades, un órgano asesor del gobierno en temas educativos, explicó que criticaría que estas páginas invitaran a que de repente la escala para determinar lo que es un comportamiento académico inapropiado se construya fuera de las universidades. “Me parecería fatal si la decisión sobre lo que constituye plagio no se decide en la comunidad académica sino por un grupo de activistas anónimos en la red”, agrega a la BBC Mundo.