Muchos objetan que así no sobrevivirán las librerías tradicionales.
Según desde dónde se lo mire, Amazon, el enorme sitio de ventas por Internet, será héroe o villano. Hace rato viene en una pelea con otro gigante, la editorial Hachette, porque Amazon quiere bajar los precios de los libros electrónicos.
Hachette (y, en general, el sector editorial) cree que Amazon puede poner los libros por debajo de su costo y perder plata porque, en realidad, lo que le interesa es usar los libros para atraer clientes a sus páginas para vender otras cosas: desde computadoras y tablets hasta batidoras de cocina y gas pimienta para la cartera de la dama. Ahora, Amazon publica un comunicado en el que pone las cartas sobre la mesa: no hay motivos, dicen, para que un libro electrónico cueste más de diez dólares. Porque no se imprime, no tiene gastos de distribución ni de depósito, ni se corre el riesgo de hacer libros de más: una vez pagados los costos de edición, todo es ganancia.
Amazon puede bajarle mucho el precio a un libro. Por ejemplo, si se quiere comprar el best seller “Bajo la misma estrella”, de John Green, como libro electrónico en un sitio argentino, hay que pagar 78,99 pesos. En cambio, en Amazon, ayer se lo conseguía, en inglés, por 4,99 dólares. Es decir, 55 pesos, a dólar oficial más 35% de impuestos.
En su comunicado, Amazon explica su estrategia: “el mercado de los libros electrónicos es muy elástico. Cuando sube el precio, los clientes compran mucho menos”. Y dan ejemplos: “por cada ejemplar que un libro venda a 14.99, vendería 1,74 si el precio fuera 9,99. Por ejemplo, si se venden 100.000 ejemplares de un libro a 14,99, se hubieran vendido 174.000 del mismo libro a 9,99”. A 14,99, dicen, la ganancia serían 1.499.000 dólares. A 9,99, por la mayor cantidad, sería de 1.738.000.
Esto, aseguran, es mejor para todos: el cliente paga menos, el autor cobra más y puede entrar en las listas de los más vendidos, lo que le da mayor visibilidad y para el editor y el librero también es un buen precio.
Pero no todos están de acuerdo. Y toman en cuenta otros factores. Hace unas semanas, Claudio López Lamadrid, director editorial de Penguin Random House (otro enorme conglomerado editorial) decía a Clarín: “si encuentras los libros en Amazon a 2 dólares, las librerías no tienen posibilidad de sobrevivir”. En su comunicado, Amazon advierte que los libros hoy en día no compiten solo contra otros libros sino contra diversas formas de consumo cultural: “los libros compiten contra los juegos para celulares, la televisión, las películas, los blogs, los sitios gratuitos de noticias y más. Si queremos tener una cultura de lectura sana, tenemos que trabajar para que los libros sean competitivos y parte del trabajo es hacer que sean más baratos”. Sin embargo algunos libros especializados podrían costar un poco más.
Finalmente, Amazon apunta a los autores. “Creemos que el 35% (de las ganancias) tendrían que ir para el autor y el 35% para Hachette. Ahora le liquidamos el 70% a Hachette y ellos ven cuánto le pagan al autor.” Esto corre para Hachette y para todos. La discusión sigue.