Mario Araujo, jefe de Investigaciones Sismológicas de la República Argentina, habló con la 99.9 y explicó por qué algunas actividades humanas pueden producir movimientos sismológicos. “Los microsismos pueden ser el umbral para disparar sismos más grandes“, señaló.
Es indudable que la mano del hombre está generando incontables daños a la naturaleza. Recientemente, una serie de eventos que se han venido dando sobre la costa española, donde se está inyectando gas en las profundidades del lecho marino como reservorio, ha ocasionado sismos que generan mucha polémica. En este momento, son pequeños temblores que alarman a la población, aunque no produzcan mayores daños. Sin embargo, según informó Araujo, “pueden ser el umbral para disparar sismos más grandes que podrían llegar a generar daños grandes y víctimas, como consecuencia de este proceso que ha llamado la atención en España y que se ha empezado a destacar y a resaltar como una amenaza hacia la población. Más aún si en la zona existen centrales nucleares”.
En España están comprando gas y utilizando una zona de explotación petrolera ya agotada para crear un reservorio. Para ello, han estado colocando gas a inyección. Y si bien los sismólogos españoles aseguran que se producirán microsismos de una magnitud inferior a 4.1° y que no hay que tener miedo de eventos mayores, después de un sismo de 4.2°, réplicas permanentes y pequeños sismos, la situación genera verdadero temor en la población. “En estos microsismos no se puede despreciar la posibilidad de que puedan generar un evento mayor si la zona es una zona que presenta rasgos tectónicos, como fallas geológicas en el subsuelo, que puedan ser activados por la generación de estos pequeños sismos, que son como un impulso de energía que se introduce en la zona y rompe barreras o asperezas que están frenando su activación. De cualquier manera, creo que los españoles tienen suficiente gente preparada para prever esto, y seguramente van a tomar el impacto de lo que está sucediendo”, resaltó Araujo.
Además, informó sobre la situación sísmica de Argentina y señaló que en el este del país es muy escasa la actividad. En el centro-oeste de Córdoba, San Luis, Mendoza, San Juan y La Rioja, ocurren alrededor de 40 a 50 movimientos diarios; a veces, pueden percibirse dos en un mismo día. Es la zona más activa del territorio. Le sigue el norte, la zona que rodea a la ciudad de San Salvador de Jujuy y el resto de Tucumán, Santiago del Estero y las sierras pampeanas en Córdoba. Hacia el sur, para registrar movimientos sísmicos hay que llegar a la Cordillera de los Andes. “Vivimos con los sismos. Han actuado por millones de años y van a seguir actuando. La cordillera, que tiene 60 millones de años, sigue levantándose. El Aconcagua se levanta a razón de 1,8 mm por año, de acuerdo a mediciones. Son grande moles que se mueven milímetros por año, que tienen choques y desplazamientos, se sumergen y, por supuesto, hay roturas o fracturas de las rocas y se sienten”, concluyó.