En la guerra en Ucrania, Rusia bombardea cada vez más instalaciones ferroviarias, ya que el ferrocarril se ha convertido en un factor clave en la logística de Kiev, y un símbolo de la resistencia.
Los trenes de la compañía ucraniana Ukrzaliznytsia siguen en marcha, a pesar de la guerra. La empresa informó el miércoles (4.05.2022) que solo 20 trenes de larga distancia tendrían una demora de hasta 12 horas, a pesar de que el Ejército ruso intensificó sus ataques a la red ferroviaria en toda Ucrania en las últimas semanas. “Rusia trata de arruinar nuestra logística porque no puede vencernos sobre el terreno”, escribió en Telegram Andriy Yermak, jefe de la oficina presidencial de Ucrania.
Un puente del ferrocarril sobre el río Dnipro resultó gravemente dañado el miércoles. La noche anterior habían sido atacadas varias estaciones de tren en el oeste y el sur de Ucrania. Y ya anteriormente, varias otras estaciones, como la de Kramatorsk, en el este, fueron atacadas. A principios de abril, en esa estación murieron al menos 50 personas por un bombardeo ruso. Sobre todo las estaciones de ferrocarril provinciales, las centrales transformadoras de electricidad y los puentes ferroviarios se convierten cada vez más en objetivos de los misiles rusos.
La red ferroviaria es vital para Ucrania
Este cambio en la estrategia rusa de guerra tiene una buena razón. En los dos primeros meses de la guerra, la compañía ferroviaria ucraniana se ha convertido en la empresa de logística más importante del país. La red ferroviaria en Ucrania cubre alrededor de 23.000 kilómetros. Con cerca de 400.000 empleados, era uno de los mayores empleadores del país ya antes del comienzo de la guerra. Hace solo diez años, con motivo de la Eurocopa de fútbol de 2012, el país invirtió alrededor de 700 millones de euros en mejorar la infraestructura ferroviaria y el parque automotor, por lo cual los ferrocarriles ucranianos son relativamente modernos.
Aunque también existe una gran red de carreteras en el país, solo una fracción de ellas, especialmente en las cercanías de las grandes ciudades, son de varios carriles. Por otro lado, muchas carreteras de larga distancia se encuentran en muy malas condiciones y son bastante inadecuadas para el transporte de mercancías pesadas. Es por eso que los ferrocarriles ucranianos se han transformado en un símbolo de la resistencia: transportan armamento y material de ayuda humanitaria hacia el este del país, evacúan a millones de personas que huyen de los bombardeos y combates. Entretanto, trasladan a cada vez más familias de regreso a los territorios que antes estaban ocupados por las tropas rusas.
El ferrocarril también llevó a importantes visitantes hacia Kiev, como, por ejemplo, al secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, y a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Y los trenes también son clave en el transporte de bienes de exportación. Antes de la guerra, Ucrania desarrollaba más del 50 por ciento de sus importaciones y exportaciones a través del puerto marítimo de Odesa. Desde que Rusia bloqueó ese puerto, Ucrania intenta transportar por la red ferroviaria trigo, carbón, acero y productos químicos hacia países occidentales.
Daños por la guerra
Debido a que Rusia bombardea largos tramos del ferrocarril, las líneas tienen que programar rutas de desvío. “En algunos casos podemos reparar las líneas dañadas en pocas horas gracias a que la estructura de gestión ahora es plana”, dijo Oleksandr Pertsovkiy, director del sector de trenes de pasajeros de la compañía Ukrzaliznytsia de ferrocarriles, a la emisora NBC a comienzos de esta semana. Las reparaciones se pueden llevar a cabo sin burocracia, en mucho menos tiempo que el habitual. “Reparar puentes destruidos o dañados es más difícil, explica, “sin embargo, podemos continuar operando el sistema a pesar del aumento de los ataques”.
De todos modos, la tarea se vuelve cada día más difícil. Los empleados tienen que planificar con sumo cuidado los trayectos para evitar áreas especialmente peligrosas. Los horarios son cambiados muchas veces de forma espontánea y se informa de ello a los pasajeros través de las redes sociales. Y la cantidad de los bombardeos a las vías del tren aumentan a diario.
Desde el inicio de la guerra, la red ferroviaria de Ucrania fue objeto de duros combates. Rusia trató de tomar rápidamente el control de centros logísticos en Járkov y Kiev, pero fracasó ante la feroz resistencia de los ucranianos. Por el contrario, el ejército ucraniano logró destruir las conexiones ferroviarias con Rusia y Bielorrusia, vías que habrían sido importantes para la transferencia de grandes formaciones de tropas desde Rusia.
El Ejército ruso siempre ha dependido a nivel logístico del ferrocarril debido a que la Confederación Rusa es un vasto territorio con terrenos difíciles: estepas, permafrost y pantanos. “Si no se puede usar el ferrocarril, el Ejército debe depender de las carreteras”, escribe la experta en Rusia Emily Ferris, del Royal United Services Institute (RUSI), un think tank británico con sede en Londres, en un artículo de opinión para la revista Foreign Policy. Pero las fuerzas rusas no tienen suficientes alimentos ni reservas de combustible como para mantener los ataques terrestres y conquistar territorio ucraniano, continúa. Según la experta, Rusia no ha logrado controlar nunca uno de los empalmes ferroviarios en el norte de Ucrania, como Chernígov o las cercanías de Kiev, y el lodo del terreno hizo que gran cantidad de vehículos militares se quedaran empantanados.
Por eso, Rusia ha redefinido ahora sus objetivos de guerra y se concentra en la conquista del este de Ucrania. Pero, o el Ejército ruso tampoco controla por completo los nudos ferroviarios ni en Járkov ni en el sur de Ucrania, dice Ferris, o estos ya han sido casi completamente destruidos por los combates. Pero justamente eso es decisivo en cuanto a que Rusia apenas ha logrado hasta el momento transportar a sus tropas hacia el interior de Ucrania para conquistar más territorio.
Para los ferrocarriles ucranianos, esto, sin embargo, no es una buena noticia. A causa del giro en los objetivos de guerra, las tropas rusas ya no necesitan las instalaciones ferroviarias para avanzar. Y como no pudieron tomar el control de la red ferroviaria ucraniana, ahora quieren destruirla, para evitar así la llegada de armamento desde Occidente. Por cuánto tiempo podrá Ucrania mantener la infraestructura de sus líneas de ferrocarril podría ser, por tanto, un factor decisivo en el resultado de esta guerra.