Aunque cada vez más necesarios frente a un escenario climático que aumenta el riesgo de sufrir cáncer de piel, los protectores solares se han vuelto un producto de difícil acceso para gran parte de la población. Un envase de 250 mililitros de marca nacional que en enero del año pasado costaba 420 pesos, hoy sale alrededor de 700, según advierte un estudio del Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos (CEPROFAR), según el cual el costo de los filtros subió más de un 600% a lo largo de los últimos cuatro año en el país.
Por ser considerados productos cosméticos en lugar de un recurso clave contra el cáncer de piel, el precio de los protectores solares en Argentina “es fijado libremente por el laboratorio elaborador. En este contexto “existen dos marcas principales de producción nacional, en las que se verificaron aumentos promedio del 65% en el último año; y los protectores solares importados aumentaron más de un 100%. Un protector de producción nacional, de una de las marcas más conocidas y más usadas, aumentó su precio un 618% en los últimos 4 años”, detallan desde la entidad profesional.
Si bien el gobierno nacional volvió a incorporar días atrás dos protectores solares al programa de Precios Cuidados (Nivea factor 15 y factor 30, a 415 y 470 pesos respectivamente) lo cierto es que estos no siempre se consiguen y la presión para que estos productos comiencen a ser considerados medicamentos es cada vez mayor.
A los dos proyectos presentados el año pasado en el Congreso de la Nación para que los protectores solares sean incluidos al Plan Médico Obligatorio y deban de esa forma ser cubiertos por la obras sociales, se le sumó hace unos días en la Legislatura bonaerense una nueva iniciativa en la misma dirección.
Se trata de un proyecto de declaración de la diputada Vanesa Zúccari (UCR) que invita al Instituto de Obra Médico Asistencial (IOMA), las obras sociales y las empresas de medicina prepaga con asiento en la provincia de Buenos Aires a incorporar dentro de sus prestaciones asistenciales la cobertura de protectores solares con factor de protección 30 o superior bajo prescripción profesional.
“Se deben entender a los protectores solares como un medicamento destinado a la prevención. El riesgo de la exposición al sol, la causa más común de cáncer de piel, se agrava debido a los cambios climáticos y los niveles de radiación UV”, señala la legisladora radical.
Así lo advierte también una reciente investigación de Grupo de Física de la Atmósfera y Radiación Solar del Instituto de Física Rosario, según la cual los efectos del cambio climático generarían un aumento de hasta el 40% en la incidencia de cáncer de piel en el mundo en los próximos dos siglos.
“Nuestras investigaciones muestran que es importante que las personas que trabajan en exteriores o se exponen por otras actividades reduzcan su exposición a la alta temperatura ambiente y se protejan con sombra, ropa o filtros solares adecuados en momentos de alta radiación solar”, señala el doctor Rubén Piacentini, director del equipo de investigación.
Según datos del Ministerio de Salud, la incidencia del cáncer del piel es de 212 casos por cada 100.000 habitantes, lo que equivale a decir que unas 125 mil personas desarrollan cada año esta enfermedad en nuestro país. Y el 52,8% de los casos de melanoma, su forma más agresiva, se deben a la exposición a rayos UV, lo que ubica a Argentina entre los países de riesgo medio – alto a nivel mundial.
CUIDADOS
El aumento de la incidencia de los cánceres de piel en los últimos cincuenta años ha hecho de la prevención de la exposición a los rayos ultravioleta (UV) un problema de salud pública. Por eso, para que disfrutar del sol no se convierta en un riesgo, el Ministerio de Salud recomienda a la población en general, y en especial a niños y adolescentes, adoptar una serie de recomendaciones generales.
Entre esas indicaciones básicas se encuentra evitar exponerse al sol entre las 10 y las 16 horas, aplicarse protector solar con un factor de protección 20 como mínimo incluso en días nublados, cubrirse con ropa, sombreros y anteojos de sol; y evitar el uso de cualquier tipo de bronceador casero.
Estos cuidados que valen para la población general deben extremarse cuando existe alguna situación de vulnerabilidad especial. Tal es el caso de quienes han sufrido quemaduras solares importantes, quienes tienen antecedentes familiares de cáncer de piel y aquellos que, por poseer una tez muy clara, siempre se queman al exponerse al sol. Pero también los niños pequeños y las personas de edad.
Mientras que los niños menores de un año deben evitar por completo la exposición al sol, los adultos mayores necesitan utilizar protectores solares de mayor graduación. Ocurre que después de los 50 años, la piel pierde espesor y se vuelve más vulnerable frente a los efectos del sol. De ahí que los dermatólogos recomiendan a los mayores evitar las exposiciones prolongadas y recurrir al uso de sombrillas y sombreros.