La docente e investigadora española Natalia López Moratalla, explicó en la 99.9 las diferencias entre la apreciación del amor en el cerebro femenino y en el cerebro masculino. “La mujer tiene mayor fuerza de memoria emocional y el hombre tiene más fuerza con el razonamiento analítico y deductivo”.La reacción de las personas ante el amor es variada. Pero esas diferencias también tiene que ver con un proceso físico y psicológico que se puede explicar mejor si se entienden las particularidades del cerebro de una mujer y un hombre.
La docente e investigadora española Natalia López Moratalla se refirió esta mañana en la 99.9 a las reacciones más comunes de uno y otro: “tenemos las mismas cualidades humanas, pero las desarrollamos de manera distintas. No sólo genéticamente, por los cromosomas, sino que los genes que estructuran el cerebro son distintos y se presentan en momentos diferentes. Eso se refleja en dos maneras de ver la vida y comportarse, entre otras cosas”.
Respecto del amor en particular, la Licenciada en Ciencias Químicas explicó que “el sentimiento de amor es universal, tiene un componente muy importante en el cerebro que se activa ante la presencia de la persona que uno quiere, que es la felicidad. Se silencian las áreas del juicio negativo. La forma de experimentarlo difiere en personas de distintas culturas y también entre el hombre y la mujer”. Luego abundó: “la mujer tiene mayor fuerza de memoria emocional, eso le permite percibir más rápidamente lo que se puede llamar ’empatía’, y va dirigido por una hormona que es la oxitocina o la ‘hormona de la confianza’. Ante el contacto físico, segrega más oxitocina y desaparece el juicio negativo, la ve en condiciones de confianza. En el hombre, la fuerza y memoria emocional es menor, pero tiene más fuerza con el razonamiento analítico y deductivo. A nivel de funcionamiento del cerebro, utiliza otra hormona que pone en marcha las energías masculinas, detecta los estímulos eróticos y se nota mucho en los celos. La reacción ante esto, en una mujer, es tener miedo a ser sustituida por otra mujer; mientras que el hombre reacciona de manera violenta, no le es fácil perdonar una infidelidad”.
En muchos casos, estas disparidades de reacción terminan en violencia de género o femicidios, por cuestiones amorosas resueltas de manera violenta por el hombre involucrado en la relación: “podríamos decir que son tendencias. Siempre hubo violencia de género, como lo llamamos ahora. Lo que sucede ahora con la violencia llevada a extremos que parece locura, está ligado a la infidelidad de la mujer. La situación está cambiando y hoy tiene una raíz en la infidelidad en los matrimonios”.
Las mujeres han ganado un terreno que antes tenían en la sociedad. Y eso, para los hombres, puede significar un conflicto ante el cual no saben cómo lidiar. “Hemos salido a un mundo hecho por hombres y para hombres. Las condiciones laborales para la mujer no pueden ser de un modelo masculino porque no tienen ni la misma fisiología ni el mismo cerebro, ni las mismas actitudes. La mujer independiente es una persona a la que le pueden estorbar los hijos y la familia”, remarcó la especialista.
También destacó la disputa de poderes que termina afectando las relaciones: “ha habido casos de mujeres que no tuvieron independencia económica; como mi madre, que nunca había ido al banco o tenía que pedir permiso para comprar algo, y eso que era profesional. Este cambio le da un poder a la mujer que la saca de su sitio. Todas las leyes en España protegen a la mujer, por ejemplo”.
Sin embargo, a pesar de todos estos puntos a tener en cuenta, Natalia López Moratalla destacó que “la violencia debe ser un foco de atención para la sociedad”.