Las naves Ebb y Flow, de la misión Grail, mapearon las variaciones sutiles de gravedad en la superficie lunar. Revelaron que la corteza de la Luna está formada por una masa de roca pulverizada, originada por una serie de violentos golpes que se produjeron en el comienzo de su historia.
Según aseguran los científicos, los choques violentos fueron muy comunes. Los datos son fundamentales para el estudio de la Tierra, ya que se dice que hace miles de millones de años también habría recibido el impacto de materia residual proveniente de la formación de otros planetas. “La Luna tiene enormes cráteres y la Tierra también tuvo ese aspecto. Partes de Marte aún se ven así”, explicó la profesora Maria Zubel, del Instituto de Tecnología de Massachussetts, investigadora principal de la misión Grial. “Teníamos alguna idea de este pasado violento por la composición química de rocas antiguas, pero ahora sabemos cuán difícil fue sobrevivir en la Tierra y cuán resistentes debieron ser las formas de vida para poder subsistir”, agregó.
Los satélites de la misión Grial miden la distancia entre sí mientras orbitan la Luna. Cuando sobrevuelan variaciones gravitatorias, experimentan una leve aceleración. Los satélites mellizos Ebb y Flow, que pasaron gran parte del año pasado mapeando el campo gravitatorio de la Luna desde una altitud de 55 kms, se estrellarán contra la superficie lunar.
La resolución de los mapas es entre entre mil y cien mil veces mejor que la de estudios anteriores. La información ayudará también a los expertos que investigan tanto la evolución del cuerpo lunar en general como la historia de formaciones individuales, desde vastas cuencas hasta cráteres menores de 20 a 30 kms de diámetro. “La información es consistente con la hipótesis de que la Luna se formó de materiales provenientes de la Tierra luego de un impacto gigante”, agregó Wieczorek.
En comparación con su superficie, el interior de la Luna se ve relativamente homogéneo desde el punto de vista gravitatorio. El 98% de las señales grabadas por los satélites se debe a formaciones en la superficie, como montañas y cráteres, explican los científicos. Por otra parte, han observado estructuras lineares de hasta 500 kms de longitud que se extienden hacia arriba desde el interior hacia la parte inferior de la corteza. Se trataría de diques sepultados formados por magma que penetró a través de grandes fracturas en la corteza y que luego se solidificó en paredes densas de roca.