El incendio en Malibú cubre de humo toda la ciudad de Los Ángeles. Los bomberos temen que el viento recobre fuerza el domingo.
Ya era el incendio más destructivo registrado nunca en California, después de haber quemado 6.700 casas en apenas dos días. Este sábado por la noche, se confirmó que el incendio que ha arrasado como una caja de cerillas la localidad de Paradise, al norte de Sacramento, es además uno de los más trágicos de la historia. Las autoridades del condado de Butte informaron de que en las labores de desescombro han encontrado 14 cadáveres más, que se suman a los 9 hallados el viernes. No ha terminado. El fuego lleva 40.000 hectáreas calcinadas y en la noche del sábado solo estaba controlado en un 20%. Al menos 100 personas continúan desaparecidas.
Las 23 víctimas mortales sitúan al bautizado como Camp Fire por encima del incendio que el año pasado mató a 22 personas en cuestión de horas en Santa Rosa, cerca de San Francisco. Ya es el tercer incendio más mortal desde que existen registros. El peor, con 29 muertos, fue en 1933. Los cadáveres de este sábado fueron hallados en cinco casas distintas registradas por los bomberos.
Barrios enteros de la ciudad de Paradise (26.000 habitantes) han desaparecido. De los fallecidos, cinco se encontraban en sus vehículos tratando de escapar de las llamas. El fuego comenzó el pasado jueves y se extendió a toda velocidad por un bosque inusualmente seco y avivado por los llamados vientos de Santa Ana, un fenómeno atmosférico habitual en el otoño californiano que trae fuerte viento del desierto hacia la costa y seca todo a su paso.
Mas de 3.000 bomberos luchan contra el fuego con 440 camiones y 23 helicópteros. La previsión del tiempo anunciaba que el viento volvería a cobrar fuerza en la noche del sábado y durante el domingo. Más de 52.000 personas permanecían desalojadas de sus casas el sábado en la zona.
En el sur, la ciudad de Los Ángeles se encontraba el sábado cubierta de humo por el incendio en las montañas de Santa Mónica. Bautizado como Woolsey Fire, el incendio se originó el jueves por la tarde en Thousand Oaks, un suburbio acomodado a unos 60 kilómetros al oeste de Los Ángeles, cuando los vecinos trataban de asimilar el asesinato múltiple de 12 personas en un bar de country.
El viento seco era muy intenso ese día y en cuestión de horas el incendio cruzó un autopista y empezó a consumir la montaña en dirección a Malibú, en una de las zonas de costa más privilegiadas del mundo. Las mansiones ardieron una tras otra y muchos famosos del espectáculo tuvieron que ser evacuados. El fuego se duplicó en tamaño en apenas 24 horas. El humo y el olor a quemado se extendían el sábado al menos 50 kilómetros hacia el interior de Los Ángeles, donde afectaba a la visibilidad.
Hasta el sábado por la noche el fuego había quemado 33.500 hectáreas de las montañas de la costa de Los Ángeles, a las puertas de la ciudad, y estaba completamente sin control. El incendio amenaza 3.500 construcciones. El parte oficial de la autoridad antiincendios decía que las casas dañadas eran “numerosas”, pero aún no hay un recuento. Las televisiones locales mostraron imágenes de mansiones ardiendo y varios famosos del espectáculo contaron en las redes sociales cómo habían tenido que abandonar sus casas a todo correr. Entre los tres mayores fuegos, las áreas de evacuación obligatoria por incendios afectaban este fin de semana a alrededor de 250.000 personas en el sur de California.
Durante las tareas de extinción fueron hallados dos cadáveres quemados dentro de un vehículo en Mulholland Highway. Sin embargo, las autoridades todavía no los atribuyen directamente al incendio. El equipo de homicidios del sheriff de Los Ángeles está tratando de determinar la causa de la muerte.