En Finlandia surgen patrullas urbanas de neonazis que vigilan las calles ante la oleada de refugiados.
Desde los últimos meses del año pasado, patrullas urbanas con vínculos neonazis están emergiendo en diversas ciudades finlandesas donde recientemente se han abierto centros de internamiento para los solicitantes de asilo; refugiados e inmigrantes que los integrantes de estos grupos consideran “intrusos islamistas”, ante los que hay que defender a la población local.
Se trata de una tendencia sobre la que vienen informando los medios locales desde hace semanas y que el Gobierno del país critica. “Organizar estas patrullas urbanas implica un comportamiento extremista y no permite aumentar la seguridad”, dijo el ministro del Interior, Petteri Orpo, en una entrevista concedida a la televisión pública. “En Finlandia, son los oficiales los que supervisan y defienden a la sociedad, y lo vamos a mantener”, aseguró.
Se hacen llamar los Soldados de Odin, en referencia al dios de la guerra en la mitología escandinava, y en su página web animan a los ciudadanos “patriotas y críticos con la inmigración” a sumarse a sus actividades. Se dedican a patrullar desarmados por las calles de sus respectivas localidades, aunque hoy por hoy no ha habido que lamentar ningún incidente entre estos grupos y los refugiados.
En Joensuu –una ciudad al este del país–, el grupo se compone de veinte integrantes, según explicaron a un periódico finlandés tres de sus miembros, que cifraron en 500 el número en todo el país.
En el 2015 llegaron a Finlandia (un país de 5,4 millones de habitantes) 32.000 solicitantes de asilo, principalmente iraquíes. Casi diez veces las 3.600 personas que solicitaron protección en el 2014.
En septiembre, cientos de personas se manifestaron en Tornio –localidad del norte, junto a Suecia– pidiendo el cierre de los pasos fronterizos. Las autoridades no tardaron en hacerles caso y empezaron a establecer controles. El Gobierno de coalición, del que forma parte el partido de ultraderecha Verdaderos Finlandeses, ha endurecido su política migratoria. En diciembre, informó de que a partir de ahora reclamará a los refugiados que trabajen gratis y les exigirá un “currículum nacional” con el que demuestren sus conocimientos sobre la sociedad y la cultura del país.
Además, ha anunciado que analizará la situación en los países de origen y cancelará los permisos en caso de que considere que pueden regresar. De esta forma, el Gobierno cree que acelerará el retorno de las personas a las que no se les conceda el asilo, que podrían ser, según los cálculos oficiales, dos tercios de las solicitudes totales.