Bessa y Warda, dos creadores de contenido de TikTok han sido encarcelados por parodiar la pésima situación de las cárceles del país.
Bessa y Warda, dos jóvenes egipcios creadores de contenido de TikTok, van a probar en propias carnes lo que parodiaban hace escasas semanas en redes: la pésima situación de las cárceles de Egipto. Ambos han sido encarcelados tras difundir dicho material en TikTok. Eso los convierte en los últimos en sumarse a la lista de ‘influencers’ que el Gobierno egipcio tiene bajo su punto de mira, y a los que la Justicia del país acusa de actos tales como el terrorismo o el tráfico de personas, entre otros delitos, y de incentivar
Los dos jóvenes han sido arrestados y puestos en prisión preventiva, al ser acusados de pertenecer a una organización terrorista tras publicar un vídeo en el que parodiaban una visita a una cárcel en Egipto, según informa su abogada, Hoda Abdelwahab. El vídeo, con 7 millones de reproducciones y subido el pasado 13 de enero, es con diferencia uno de los más vistos por sus seguidores.
La letrada de los jóvenes, Hoda Abdelwahab, dijo en su página de Facebook que el domingo asistió a las investigaciones que está llevando a cabo la Fiscalía de Seguridad del Estado contra los creadores de contenido Mohamed Hosam, conocido como “Bessa”, y Basma Hegazy, que utiliza en redes el pseudónimo “Warda”.
Según la abogada, ambos jóvenes fueron acusados de “unirse a un grupo terrorista y difundir noticias falsas”, por lo que el Ministerio Público emitió la decisión de encarcelarlos durante 15 días mientras prosiguen las investigaciones.
Bessa y Warda, ambos de Alejandría (norte), publicaron hace escasas dos semanas un vídeo en el que hacían parodia y normalizaban el hecho de tener familiares y amigos encarcelados en celdas de aislamiento en Egipto, un hecho que no ha pasado inadvertido por el Gobierno de Abdelfatah al Sisi, cuya intolerancia hacia las voces disidentes es más que conocida.
De hecho, Bessa y Warda no son los únicos ‘influencers’ que han probado dicha intolerancia. Desde hace un par de años, el degoteo de ‘famosas y famosos’ de las redes, por uno u otro motivo, han acabado encarceladas y tenido que enfrentarse a juicios con cargos polémicos como socavar los valores de la familia. En la lista, donde figuran muchas mujeres, encontramos nombres de ‘influencers’ como Manar Samay, Hamin Hossam o la bailarina de la danza del vientre Sana al-Masri, que fue condenada a tres años de prisión. A las dos primeras el Tribunal Penal de El Cairo declaró culpables y condenó a largas penas de prisión por incitación a publicar contenidos “indecentes”, tráfico de personas y otros delitos.
Ya entonces Amnistía Internacional dio la voz de alerta al considerar que las jóvenes estaban siendo castigadas por su manera de bailar, hablar, vestir e intentar “influir” en la audiencia de las redes sociales, y pidió su liberación inmediata.
Entre los afectados hay blogueros, tuiteros e incluso caricaturistas por el mero hecho de expresar opiniones críticas.