Ciclistas que circulan con cámaras han logrado denunciar a más de 3.000 automovilistas que no respetan la distancia de seguridad. La DGT se ha visto obligada a crear un protocolo.
Carlos Moure sale todos los días a montar en bicicleta por carreteras orensanas de la zona de Xinzo de Limia, Ribadavia…No hay día que vuelva a casa sin haber recorrido al menos 60 kilómetros. Él, junto con los miembros del club ciclista orensano, que sale a entrenar casi todos los días, no se montan en la «bici» sin antes conectar una cámara en la parte trasera que graba cada kilómetro de asfalto que recorren. ¿Su objetivo? Denunciar a todo conductor incauto que no guarde la distancia mínima de seguridad obligatoria de 1,5 metros en un adelantamiento. «Si tú no me respetas, yo me protejo denunciándote. Estamos grabando por nuestra seguridad» es el lema que ha puesto en marcha la Fundación ADO Moure pro deporte, de la que es fundador Carlos Moure y que tiene como objetivo la defensa del colectivo ciclista. Durante los últimos tiempos ha trabajado activamente para concienciar a todos los usuarios de las vías públicas de la necesidad de adecuar los comportamientos para una convivencia sana entre ciclistas y conductores, pero «las conductas de algunos automovilistas hizo imprescindible que adoptáramos medidas más drásticas en defensa de nuestra integridad física porque lo único que hacemos es utilizar las vías públicas para hacer deporte en su más amplio sentido. Yo llevo montando en bici toda la vida y estoy vivo de milagro. Hemos sido víctimas en silencio», explica Carlos Moure. Y es que, la cifra de muertos entre los usuarios de las dos ruedas no para de crecer. Si en 2011 hubo 4.526 accidentes con víctimas, en 2016 la cifra subió hasta los 7.673.
La idea de llevar una cámara se les ocurrió cuando vieron en los medios de comunicación la noticia de que la DGT estaba valorando la posibilidad de que patrullaran las carreteras españolas guardias civiles disfrazados de ciclistas. «Como es imposible que haya un guardia civil por ciclista, decidimos ser nosotros quienes hiciesen esa vigilancia». La iniciativa de estos «justicieros» de la carretera ha tenido resultados. Desde finales de 2015 hasta ahora, han recopilado 3.000 denuncias que se han tramitado desde la fundación porque existían pruebas o grabaciones que podían demostrar que el conductor no ha respetado la distancia de seguridad reglamentaria. Es lo que ellos llaman «Operación si tú no me respetas, yo me protejo» pilotada por la Fundación Ado Moure y el club ciclista orensano y que han formado una «alianza para la reducción de la siniestralidad vial» con los Usuarios y Colectivos de Ciclistas y Peatones. La cuestión es que, desde la fundación, se ha desarrollado una herramienta informática de tal manera que cualquier ciudadano puede enviar imágenes que muestran las imprudencias o violencia vial cometida sobre ciclistas y peatones. Así, ya se han incoado más de 3.000 expedientes sancionadores de conductores infractores. A día de hoy, la fundación recibe una media de siete denuncias diarias y el volumen ha empezado a ser tal, que el jefe de la unidad de normativa de la DGT, Francisco J. Villalba, se ha visto obligado a emitir una directriz a todas las jefaturas de España sobre cómo tramitar las denuncias voluntarias en materia de tráfico con ciclistas. Así, desde el 13 de noviembre pasado, existe un protocolo establecido para que todas las denuncias de ciudadanos que voluntariamente puedan hacer y que tienen la misma validez que la de un agente, si hay pruebas, se gestionen de la misma manera y no queden a la libre interpretación de la jefatura.
El grupo de «justicieros» viales actúa, sobre todo, en Galicia, pero quieren que este movimiento se extienda a toda España. Su mensaje es claro: «Si ha registrado a alguien conduciendo peligrosamente, entonces puede ayudarnos enviando sus imágenes en línea. Al apoyar esta operación, les recuerda a todos aquellos que conducen peligrosamente que no tienen donde esconderse y pueden ser identificados en cualquier momento. Cualquiera de nosotros puede activar el órgano sancionador, de esta manera, la “policía” sí podrá estar en cualquier parte».
Oficina virtual de denuncias
La herramienta disuasoria que ha puesto en marcha la Fundación Ado Moure creando una plataforma a través de internet por la que un ciudadano puede interponer una denuncia de tráfico (si reúne pruebas de la infracción cometida) es una iniciativa pionera en España. Sin embargo, no es única en Europa. Recientemente, Gales ha puesto en marcha, también, una oficina virtual a través de la cual todo aquel ciudadano que se sienta agredido por otro automovilista puede presentar una denuncia voluntariamente.