Entrevista de Tiempo Argentino a Omar Chabán. Mientras cumple prisión domiciliaria por un cáncer avanzado, tras la excarcelación de los músicos de Callejeros se quejó por la libertad de los integrantes de la banda y por no poder visitar a sus hermanos para sus cumpleaños.
Omar Chabán ya no es verborrágico. Olvidos permanentes, de momentos y de palabras, interrumpen sus acotados relatos. Se agita enseguida porque tiene dificultades para respirar. Sus manos se muestran temblorosas y todo eso lo distrae en la conversación. Según señaló Tiempo Argentino, el cáncer avanzado que padece en el sistema linfático (linfoma de Hodgkin grado IV B, dice el diagnóstico) lo mantiene desde 2013 en prisión domiciliaria, cumpliendo lo que le resta de su condena a diez años y nueve meses por “incendio culposo seguido de muerte en concurso real con el delito de cohecho activo”.
El informe del Cuerpo Médico Forense concluyó que el ex gerenciador de Cromañón, de 62 años, “atraviesa los últimos momentos de su vida”, lo cual podría explicar sus lagunas, contradicciones y confusiones (que se generan, por ejemplo, cuando cree que está saliendo al aire en televisión y le habla a Mauro Viale, cuando las cámaras de ese programa aún no llegaron a su domicilio). En diálogo con Tiempo Argentino, Chabán cuenta que se enteró de la muerte de su madre mientras cumplía condena en el penal de Marcos Paz, pero “un año después de que ocurriera”, y se queja por no poder visitar a sus hermanos durante este mes, en sus respectivos cumpleaños.
Insiste con que es “un muerto en vida” y que sueña que lo matan. Dice asumir “toda la culpa” de lo ocurrido el 30 de diciembre de 2004 en el boliche –cuando bengalas arrojadas por el público durante un recital del grupo Callejeros originaron un incendio que produjo 194 muertos–, aunque también protesta por sentirse un “chivo expiatorio” y por la libertad de los músicos, producida esta última semana.
–¿Por qué decidió hablar ahora ante la prensa?
–Porque me parece una hijaputez que hayan sacado (de la cárcel) a Callejeros y a mí no. Me parece una injusticia.
–¿En qué consiste su prisión domiciliaria?
–Me paso todo el día viendo televisión. Estoy actualizado con todo. En general, veo cosas de moda. Es lo que más me gusta. Lo estudié, de hecho. Bah, estudié Diseño de Vestuario. Yo soy escenógrafo. Eso no lo sabe nadie. Tenía más libertad en la cárcel que ahora. Porque en la cárcel, por ejemplo, pedías visitar a un familiar por el cumpleaños y te dejaban, porque es un derecho. Igual, por ser Omar Chabán, me tenían totalmente aislado. Ningún preso está aislado.
–En la entrevista que dio el fin de semana al programa Territorio Comanche (Nacional Rock), habló de su sentimiento de culpa, algo que usted nunca había dicho hasta ahora.
–Siempre dije que era absolutamente culpable de todo. Sí, soy culpable de todo.
–¿Hay un sentimiento de culpa?
–Sí, sí. Estoy mal. Hoy me desperté y estaba soñando con los padres de Cromañón.
–¿Qué soñaba?
–Que me mataban. Lo sueño seguido. Antes más, cuando estaba en la cárcel. Y me tienen que matar porque yo soy culpable absoluto. Es verdad eso.
–Si usted es culpable absoluto, ¿por qué dice que los Callejeros deberían estar presos?
–En un punto, no me importa Callejeros. Pero si es injusto, yo puteo.
–¿De qué se siente culpable? ¿Qué es lo que hizo mal?
–De que empecé a estudiar y armé Café Einstein, donde hacía teatro y demás. Si me vienen a hacer una nota es porque soy famoso. No es que yo inventé el rock, porque el rock en la Argentina lo inventó (el empresario Daniel) Grinbank. Tocaban Charly García, Spinetta. A mí siempre me pareció una porquería. Yo iba a escuchar a Manal y Trío Galleta. Siempre fui snob, quise ser raro. A conciencia, porque quería ser famoso. ¿Para qué estudié y trabajé? ¿Para que unos pendejos de mierda quemaran el lugar?
–O sea, ¿su responsabilidad es haberse dedicado a eso?
–Claro, exactamente.
–Raúl Villarreal (su mano derecha) dice que usted “podía haberse quedado en Cromañón esa noche” y señala eso como un error.
–Está demostrado que yo no me escapé. Yo estuve hasta las 5 de la mañana. Entré y saqué (gente), entré y saqué. Pero el que más sacó fue el policía, (Daniel) Díaz.
–¿Siente que el penal y la prisión domiciliaria sirvieron para algo?
–No, no te sirve para nada. Recuerdo que en Marcos Paz me trataban bien los de seguridad. Nunca me pegaron. Pero en el hospital, sí. En un momento sí. Igual, qué locos mis amigos, que prefieren que tenga cáncer a que esté en un penal. Pero yo llegué a tomar cien pastillas por día. De porquerías. Porque no daban bien con lo que me pasaba.
–¿Quiénes lo acompañan?
–Acá suele venir Miriam, una enfermera que me da las inyecciones, y también viene una señora que me cocina. Después, me visitan mis hermanos. Al principio pensé que me traicionaban todos, pero vino Ricardo Iorio, vino Skay Beilinson con la Negra Poly, el Indio Solari me mandó una carta preguntando cómo estaba y diciendo que es una injusticia. Es que en todos los recitales usan bengalas. En lo de Solari, yo vi, son 120 mil personas y hay bengalas. Y rompieron muchas cosas a la salida, pero no sale en la tele porque el Indio Solari manifestó claramente su apoyo al gobierno. Este gobierno es stalinista. Dicen que son abiertos pero a mí nunca me invitaron a 6,7,8. Hoy lo veo como un programa cómico. También vino Catupecu Machu, aunque de eso mejor no hablar porque el representante es un hijo de puta, que dijo que yo le pagaba cien pesos a la policía.
–Pasados casi diez años de la tragedia, ¿hay algo nuevo que le interese transmitirles a los padres de las víctimas?
–Hasta el doctor Iglesias (José, padre de uno de los chicos fallecidos en el incendio y abogado querellante en la causa), por más que me odie y que yo haya visto que su hijo fue quien tiró las bengalas que quemaron el lugar, dice que yo soy un perejil. Les agradezco a los padres que no me lincharon en el hospital. Son tantos muertos, que parientes son muchos más. Me siento un chivo expiatorio.
–A la distancia, ¿qué significó para usted la tragedia de República Cromañón?
–Perdí mi vida. Ya no puedo hacer nada. Ni quiero hacer nada. Estoy muerto en vida.
“Absolutamente razonable”: declaraciones de Aníbal Ibarra
En declaraciones radiales, el legislador Aníbal Ibarra consideró ayer “absolutamente razonable” que los músicos de Callejeros hayan quedado en libertad por la causa del incendio del boliche, aunque advirtió que, cuando se revise el fallo, “puede pasar cualquier cosa”.
“Omar Chabán es un miserable”
José Iglesias, padre de Pedro, víctima de Cromañón, se expresó respecto de los dichos del ex gerenciador del boliche sobre su hijo. “La semana pasada me enteré que un hijo de puta, el periodista Enrique Vázquez, en la radio, dijo que está bien que los Callejeros estén sueltos porque ‘ya sabemos quién tiró la bengala: Pedro, el hijo del abogado que ya sabemos que se hizo millonario por Cromañón.’ Y al rato reporteó al ex intendente Aníbal Ibarra, preguntando si me conocía, y él respondió que no personalmente.
Lo iba a dejar pasar, pero si Omar Chabán lo reproduce, me voy a ocupar de él por primera vez. No odio a Chabán y nunca quise que se pudriera en la cárcel porque hoy terminan en la cárcel los perejiles como él.
Ahora, si le atribuye a mi hijo lo de la bengala, por primera vez voy a decir que es un hijo de puta y un miserable, porque su condición no lo habilita a ensuciar a una víctima.
Siempre me dio lástima, pero si se hace eco de esto, ya no. Es una mierda de persona. Alguna vez miremos donde hay que mirar.”
José Iglesias (padre de Pedro, víctima de Cromañón) es abogado querellante de familiares de algunas de las 194 víctimas del 30 de diciembre de 2004.
Todos, menos Chabán y Díaz
Esta semana, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 24 de la Capital Federal tomó la decisión de excarcelar a los ex funcionarios porteños condenados por la tragedia de Cromañón; a Raúl Villarreal, quien fuera mano derecha de Omar Chabán; y a los integrantes de la banda Callejeros (menos al baterista Eduardo Vázquez, preso por el asesinato de su esposa), a partir de una acordada de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que decía que, por el principio de doble conforme, para que la condena sea efectiva debe ser ratificada por otro tribunal.
La Corte dijo que no hay condena firme y por ello, los abogados de los imputados pidieron la libertad de sus defendidos.
Chabán y el ex subcomisario Daniel Díaz fueron los únicos que no consiguieron el beneficio porque en la segunda instancia judicial sus penas fueron reducidas.
José Iglesias, padre de Pedro, víctima de Cromañón, se expresó respecto de los dichos del ex gerenciador del boliche sobre su hijo. “La semana pasada me enteré que un hijo de puta, el periodista Enrique Vázquez, en la radio, dijo que está bien que los Callejeros estén sueltos porque ‘ya sabemos quién tiró la bengala: Pedro, el hijo del abogado que ya sabemos que se hizo millonario por Cromañón.’ Y al rato reporteó al ex intendente Aníbal Ibarra, preguntando si me conocía, y él respondió que no personalmente.
Lo iba a dejar pasar, pero si Omar Chabán lo reproduce, me voy a ocupar de él por primera vez. No odio a Chabán y nunca quise que se pudriera en la cárcel porque hoy terminan en la cárcel los perejiles como él.
Ahora, si le atribuye a mi hijo lo de la bengala, por primera vez voy a decir que es un hijo de puta y un miserable, porque su condición no lo habilita a ensuciar a una víctima.
Siempre me dio lástima, pero si se hace eco de esto, ya no. Es una mierda de persona. Alguna vez miremos donde hay que mirar.”
José Iglesias (padre de Pedro, víctima de Cromañón) es abogado querellante de familiares de algunas de las 194 víctimas del 30 de diciembre de 2004.
En prisión
4 años pasó preso. Está detenido desde diciembre de 2012 y, tras el hecho, había permanecido dos años y medio en Marcos Paz.