Tres personas mueren por armas de fuego y nueve electrocutadas durante el asalto a una panadería, según el ministro de Comunicación venezolano, Ernesto Villegas.
La tensión entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición ha derivado en Venezuela en un clima de estallido social. Durante la noche de este jueves y en la madrugada del viernes, se produjeron choques en la parroquia El Valle de Caracas, donde, según el ministro de Comunicación venezolano, Ernesto Villegas, tres personas murieron por armas de fuego y nueve resultaron electrocutadas durante el saqueo de una panadería. Los vecinos dieron cuenta a través de las redes sociales de estos actos de pillaje, de la actuación de las fuerzas de seguridad —que dispersaron las protestas con gases lacrimógenos— y de un ambiente cercano a la insurrección popular. La ministra de Exteriores, Delcy Rodríguez, se refirió a un ataque a un hospital materno infantil y responsabilizó a “bandas armadas contratadas por la oposición”. Los líderes opositores, entre ellos Henrique Capriles, del partido Primero Justicia y gobernador del Estado Miranda, rechazaron la acusación aunque denunciaron la represión policial.
La oposición está determinada a continuar el pulso con el Gobierno en la calle. Este viernes convocó concentraciones vecinales “de evaluación, motivación y organización para la continuación de la lucha por la democracia”. Hoy se movilizará de nuevo en una marcha en recuerdo de las personas fallecidas durante los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, que desde el comienzo de la ola de protestas, hace tres semanas, han sido al menos una decena. En medio de especulaciones sobre ataques, muertes, incursiones de los colectivos armados afines al chavismo, los episodios de violencia se han convertido en un arma arrojadiza de las autoridades y de los manifestantes.
El Ejecutivo, que solo se refiere a las protestas en términos de “golpe de Estado”, vincula los disturbios a la oposición. Nicolás Maduro ha señalado abiertamente a las fuerzas que integran la Mesa de Unidad Democrática (MUD). Los opositores responsabilizan a la policía. “Otro venezolano asesinado y familia enlutada por la locura represiva”, denunció Capriles en referencia a la muerte por disparo en los últimos choques de Melvin Guaitan, un “humilde trabajador” del barrio Sucre Petare.
La noche del jueves las barricadas pasaron de la plaza de Altamira, en el municipio Chacao, al centro. Entre lanzamiento de bombas lacrimógenas e incendios fueron saqueados decenas de comercios. Ocho personas murieron electrocutadas al intentar saquear una panadería, según pudo confirmar este corresponsal en el lugar de los hechos. El desabastecimiento de comida y medicinas obliga a miles de venezolanos a aguardar horas, todos los días, para poder comprar una barra de pan y otros productos básicos.
A estas circunstancias se sumó también el empeoramiento de las relaciones entre el Gobierno y algunas compañías extranjeras. El mismo día en que General Motors anunciaba la suspensión de operaciones en Venezuela, el presidente Maduro anunció una investigación a Movistar, la filial de Teléfonica en el país. “La empresa Movistar de Venezuela, así lo denuncio, he pedido una investigación, porque se sumó a la convocatoria golpista contra el país, y no es su función, la empresa Movistar debe de saberlo, no es su función”, mantuvo en una comparecencia en televisión. “He pedido una investigación para establecer los hechos”.