Por segunda noche consecutiva, la incertidumbre y la tensión se instalaron en algunos barrios. Hay gente que se desveló para cuidar sus hogares.
Fue otra noche de desvelo e incertidumbre. Varias esquinas de Tucumán se encontraban cerradas por barricadas que armaron los vecinos: hicieron fuego y acumularon neumáticos, ramas y escombros para protegerse de posibles ataques. Vecinos armados con palos, cuchillos y armas de fuego custodiaron las esquinas en distintos puntos del Gran San Miguel de Tucumán, a pesar de que se destrabó el conflicto con la Policía.
Las calles céntricas permanecían prácticamente desoladas durante las madrugada. Efectivos de Gendarmería haciendo rondas y personal de seguridad privada en algunos comercios, se sumaban a un escenario digno de una película de suspenso. Es que, además de solitario, el paisaje estaba sumergido por el humo de las barricadas.
Unidos y alertas
Los habitantes de varios barrios de las periferias no encontraron la paz y se mantuvieron despiertos, atentos a cualquier movimiento sospechoso o estruendo. Una moto con dos personas a bordo o alguna actitud sospechosa fueron los detonantes para que algún vecino dispare al aire para ahuyentar a posibles saqueadores.
En el barrio 20 de Junio, cercano a San Cayetano, están acorralados por el miedo. Bandas de saqueadores se movían en motocicletas, según denunciaron los vecinos. “Parece que en el centro están bien, pero nosotros la estamos pasando muy mal. Se hizo de noche y no hay quién nos defienda. Estamos todos en la calle, armados con lo que tenemos a mano”, afirmó Francisco Amable Díaz, que vive detrás del colegio San Cayetano.
En la calle Pedro G. Sal al 1.100 armaron una barricada, pero estimaban que no sería suficiente para contener a los delincuentes. “Hablo con amigos que viven en el centro y en otros barrios y me dicen que allá la situación ya se normalizó. Pero nosotros estamos peor que nunca. Ya quisieron entrar a una casa y los pudimos espantar. Pero no sé si vamos a poder resistir sin la Policía”, dijo preocupado Díaz.
En los barrios 20 de Junio, Cáritas (Alderetes), Smata II, Smata III, Vial III, Villa Luján, Roselló, Lapachos, Néstor Kirchner y Los Pinos (Alderetes) los vecinos también se tuvieron que atrincherar. Cerraron las calles, encendieron gomas y se quedaron esperando a los delincuentes con palos y cuchillos. “Estamos solos, que venga alguien por favor”, pidió desesperado un vecino que llamó a La Gaceta. Según distintos testimonios, llamaron a la Policía, al 911 y a Gendarmería, pero no recibieron respuesta. “Vienen en motos, armados. Parece una película de terror“, describió un vecino.
Situaciones similares se viven en los alrededores de la Av. Mate de Luna, en La Costanera, San Pablo, La Banda del Río Salí, Lomas de Tafí y en las cercanías de la Quinta Agronómica. Una mujer que prefirió mantenerse en anonimato también reclamó que mañana haya clases: “estoy en La Banda, escucho disparos, tengo hijos, me dicen que a la medianoche van a cortar la luz y la ministra de Educación (Silvia Rojkés de Temkin) quiere que mañana vayamos a dar clases. ¿Cómo hago?”.