El ex Secretario de Educación de General Pueyrredón indicó en la 99.9 que se están tomando decisiones políticas que no tienen nada que ver con la realidad en el aula.
La educación es uno de los ejes principales de la discusión en Argentina porque se siguen tomando medidas que están desenganchadas de las realidades que viven los docentes en las aulas. Se expone públicamente la importancia de la escuela rural, por ejemplo, donde hay realidades distintas.
El ex Secretario de Educación de General Pueyrredón, Luis Distéfano fue crítico de las decisiones que se están tomando, sobre todo en CABA. En la 99.9 indicó que “la escuela rural tiene como característica una situación que se fue perdiendo en las zonas urbanas, que es el respeto. Los alumnos cuando se acercan a la escuela en su zona, luego de atravesar muchos kilómetros, se manejan en un entorno muy de casa, muy familiar, en donde se integran secciones, hay chicos de diferentes edades y el docente tiene más cercanía porque trabaja y aborda la dinámica de clases con menos alumnos que lo habitual. Eso permite que el docente pueda trabajar en un ambiente sano, donde pueda haber un intercambio, un ida y vuelta y esto es lo que no nos pasa en las escuelas de nuestra ciudad, en las escuelas de la provincia, en las escuelas de CABA donde si un profe no puede hablar cinco o 6 minutos porque permanentemente tiene situaciones que obstruyen el entorno y que hay situaciones de violencia; es muy difícil que se pueda dar el acto educativo”.
Para Distefano, el partido político pasó a ser un anécdota porque todos avanzan hacia el mismo lugar: “en las políticas educativas no hay grieta, porque todos toman decisiones que son alejadas al aula. Y lo que está pasando en CABA, donde ves muchos funcionarios del PRO que hasta hace meses criticaban la decisión desastrosa de Kicillof de reformar el régimen académico de secundaria; hoy aplauden lo que hace CABA, que más o menos es lo mismo. Hay una ministra que te plantea que va a eliminar el pizarrón, que los profesores tienen que alejarse del pizarrón y que los chicos pueden escribir las paredes y las mesas para tener un entorno totalmente distinto. Es un populismo pedagógico, no importa si pasa en CABA o en provincia. Es como los especialistas que te hablan desde las experiencias de la universidad tal vez, pero no se han acercado a un aula de secundaria hoy. Definir políticas en función de una escuela que no es real, para seguir profundizando el facilismo, el todo es lo mismo, rompiendo el conocimiento no está bien porque necesitamos, por más entornos digitales que tengamos hoy, por más posibilidades; retomar prácticas de antes: la memoria, el estudio, leer un libro”.
El desafío pasa por hacer las cosas más simples y aplicando sentido común, aunque parece bastante complejo hoy por hoy: “hay que volver a retomar lo básico, lo que nos hizo ser pioneros en educación y referentes en toda Latinoamérica. El sistema que teníamos, adaptado a los alumnos que tenemos y a la realidad que tenemos. Acá no es una cuestión de los docentes, si bien tenemos un grave problema de ausentismo docente, de falta de capacitación; la cuestión son las políticas educativas que vienen tomándose desde hace 20 o 30 años y que no pasan por la decisión del docente. Si el profesor es insultado, agraviado por un alumno y tiene que bajar la cabeza y seguir como si nada, porque ese chico va a hacer una reflexión a la biblioteca y vuelve cuando le dio una trompada a un compañero o insultó al profesor y todo sigue igual. Esas situaciones violentas se nos dan todos los días”.