Así lo afirmó en la 99.9 el Dr. Luis Grosembacher, el investigador clínico principal de un equipo de trabajo que ha desarrollado un páncreas artificial que permite el control glucémico automático para los diabéticos: “la matemática y la medicina sumados, dos mas dos resulta ser más de cuatro porque se potencian”, indicó sobre el algoritmo desarrollado por ingenieros del CONICET para este avance.
El avance en la creación de un páncreas artificial desarrollado por científicos argentinos ha sido una de las grandes noticias de la semana. El Dr. Luis Grosenbacher es uno de los integrantes del equipo que abordó este dispositivo y que además se desempeña como Investigador clínico principal del estudio a través del Servicio de Endocrinología del Hospital Italiano de Buenos Aires.
En diálogo con la 99.9 remarcó el descubrimiento como “un avance científico traslacional, algo que se descubre y va directamente a la persona que lo necesita. El objetivo es mejorar el control glucémico de los diabéticos, es algo aplicable clinicamente y de beneficios directos”.
Si bien la posibilidad de tener un sistema automático de control de glucemia parece algo de ciencia ficción, destacó que “no estamos tan lejos de un desarrollo en serie”. Los motivos para creerlo tienen que ver con los estudios que se han desarrollado: “hicimos dos ensayos, el primero fue en noviembre del año pasado con un algoritmo de la Universidad de Virginia donde hay un argentino con quien trabajamos durante 36 horas con cinco pacientes. Lo novedoso del segundo ensayo es que lo hicimos con un algoritmo diseñado en Argentina por ingenieros del CONICET que ajusta la glucemia de los pacientes diabéticos no sólo en reposo sino también a la hora de comer, en forma automática. El paciente no tiene la necesidad de participar contando los hidratos de carbono, sino que el propio algoritmo que es una bomba de insulina. Tiene un software que se maneja con el celular como plataforma y comanda la infusión de insulina según la glucosa que le transmite una aguja que está puesta en el abdomen”, detalló sobre los beneficios del sistema.
Esto podría traer enormes beneficios para los pacientes diabéticos, desligandolos de muchos pasos que hoy deben hacer: “antes de cada comida deben medirse la glucosa y calcular los hidratos que consumirán. De acuerdo a eso calculan la insulina rápida que debe consumir. Son seis o siete pasos cada vez que come. Esta regulación automática haría que el paciente no necesite disponer de ese tiempo, sino que lo hace todo el modelo automático de regulación de glucosa”.
Si bien el sistema ya ha sido probado en otros lugares del mundo incluso con un sistema híbrido, pero es la primera vez que se provoca un avance de este tipo en el sur: “las pruebas con el algoritmo argentino ha sido el de mejor resultados porque casi no hubo hipoglucemia nocturna. Son las primeras pruebas en el hemisferio sur porque las anteriores se habían desarrollado siempre en el hemisferio norte”.
Más allá del beneficio concreto que trae este páncreas artificial, es notable como en los últimos años las ciencias exactas han empezado a interactuar con la medicina para generar avances importantes: “todo esto es matemática pura. Mientras los matemáticos estudiaban estas cosas, nosotros trabajábamos con los pacientes y cuando nos reunimos vimos que podíamos llevarlo adelante. Es permanente como sumados, dos mas dos resulta ser más de cuatro porque se potencian”, finalizó el Dr. Rosembacher.