Luis Santander: «Acá no prima el trabajo, sino los intereses de los sindicatos»

El propietario del buque «Marlene del Carmen» habló sobre el problema que tuvieron con el SOMU y de la realidad de la industria pesquera.

El buque «Marlene del Carmen» fue noticia porque se firmó un convenio directo con los trabajadores del barco para salir a navegar sin tener la intervención del SOMU que venía realizando maniobras de amedrentamiento para aquellos que tenían intenciones de salir al mar.

Su propietario, Luis Santander, dio detalles de como se dieron los hechos, en la 99.9: «salimos a trabajar después del tercer intento, tuvimos dos intentos de zarpar y nos impidieron salir a trabajar. Un grupo a la cabeza de sus dirigentes amedrentaron a los marineros, insultos de por medio. Le pegaron a mi armador. La camioneta de la empresa terminó dañada. La historia arrancó el miércoles cuando nos habíamos puesto a trabajar a las 9 y lo impidieron. El día viernes pasó lo mismo. La gente me mandó un mensaje de WhatsApp que quería salir el lunes y yo le había dicho que no porque iba el sindicato y empezaba a gritarle traidores o carneros».

El problema se empezó a generar, cuando indicaron que saldrían con dos trabajadores menos porque es una potestad que tiene el propietario del buque y que está respaldada por el convenio de trabajo: «mi empresa que es familiar invirtió en modernizarnos, en comprar un barco más moderno, doble cubierta, donde se trabaja todo automatizado. El mismo convenio te lo dice, que si vos te aggiornaste, te modernizás, podés llevar dos marineros menos. Se sobreentiende que los barcos convencionales la gente trabaja agachada, está todo el día agachado tirando pescado para la boca de la bodega, para el tubo y hace mucho mayor esfuerzo. Este es un barco totalmente distinto, trabajan de otra manera, de otra forma. Me modernicé para poder trabajar mejor, que la gente esté más segura, que la gente labure menos. Si bien las horas se las comen igual el alta mar, porque tienen que estar ahí arriba, la realidad es que trabajan parados. Entonces dos marineros menos era lo mínimo que yo pretendía para empezar a trabajar con este barco».

A pesar de que pudieron salir a trabajar, cuando volvieron a puerto, siguieron con las intimidaciones: «el barco salió y entró el sábado a las 11:30 de la noche y había un grupo de 12 o 14 encabezado por gente del sindicato, gritándole de todo a la marinería cuando estaba amarrando el barco. La gente firmó un acuerdo para poder salir a trabajar pero lo estaban esperando a la entrada, aplaudiéndolo, gritándole traidores y carneros de nuevo a gente que quiere laburar. El sindicato no puede ir en contra de de sus afiliados. Si sus afiliados quieren salir a trabajar, tiene que tener libre acción y que vayan a trabajar. Nunca podés ir en contra de lo que te dicen los afiliados. Acá no prima el trabajo, sino que tienen que priman los intereses y después el trabajo».

El tema central es que el Sindicato no estuvo en el convenio, pero tampoco se indica que es obligatorio: «ellos dicen que la única manera de haber solucionado esto era que la gente si firma un acuerdo, el sindicato tiene que estar presente. La realidad es que hoy tienen 500 marineros parados y se están fijando por dos marineros de un barco. No se encargan o no se dedican a arreglar el problema en lo profundo de la actividad si no que están en la chiquita fijándose que no se le mueva un marinero, porque tienen un año de elección y prefieren que los barcos se queden parados».

Para Santander, mientras todo esto sucede, hay cosas más importantes para definir porque la industria pesquera realmente está en crisis: «lo preocupante es todo lo que está pasando en la pesca y de las cosas de las que no se están ocupando no solamente del SOMU, sino del resto de los sindicatos que están a bordo. Habría que sentarse en una mesa bastante amplia, tirarse los pelos todo lo que corresponda y llegar a una solución, porque nadie tiene un barco y una empresa para que se funda. Si uno invierte en un barco es para ganar dinero, si uno compra barco es para ganar dinero. Yo creo que más allá de que te guste, tiene que ser rentable. Lo que se está viviendo hoy en la pesca, por los precios internacionales, por los altos costos, el dólar que tenemos…estamos bajando la pesca con un dólar para abajo y las cosas siguen subiendo por arriba, los insumos siguen subiendo por arriba, el precio de pescado ha caído a un 50% de lo que valía. Ellos hablan de derecho adquirido pero lo que nosotros ganamos son derechos adquiridos».