La modernización del arsenal militar le cuesta a Francia anualmente más de 4.000 millones de euros.
Emmanuel Macron lanzó ayer oficialmente el nuevo submarino nuclear de ataque de Francia, el «Suffren», en Cherburgo con un elogio épico del trabajo de los técnicos que lo han construido: «Vosotros habéis construido algo mucho más importante que un submarino. Lo que estáis afirmando, en verdad, es la independencia de Francia. Vuestro trabajo reafirma la soberanía nacional, a través de su arsenal nuclear».
El «Suffren» es el primero de una serie de seis nuevos submarinos nucleares de ataque de la familia «Barracuda». Y está llamado a convertirse en uno de los pilares del arsenal nuclear de Francia, que tiene otras componentes: fuerza oceánica estratégica, submarinos nucleares lanzadores de misiles atómicos, fuerzas aéreas estratégicas, fuerzas aeronavales con armas atómicas, y un arsenal propio de misiles nucleares, que el Estado puede «proyectar» en diversos escenarios internacionales.
Francia abandonó en 1993 su antigua artillería nuclear táctica (misiles de corto alcance, que solo podían utilizarse en Europa), modernizando sin cesar todas las componentes de su arsenal atómico. La modernización de ese arsenal nuclear cuesta anualmente entre 4.000 y 4.500 millones de euros, en torno al 22 o 23 % de los créditos consagrados a los equipos de seguridad y defensa.
El «Suffren» estará operativo a primeros del 2020. Con una autonomía diez veces superior a la de sus antecesores y un sistema de armas de combate de nuevo cuño, el nuevo submarino nuclear podrá atacar con precisión milimétrica blancos que se encuentren a mil kilómetros de distancia, con misiles de crucero de construcción propia, francesa. El «Suffren» es una «versión» muy modernizada de los submarinos lanzadores de misiles utilizados en conflictos capitales para la seguridad de Europa (guerras de los Balcanes), Oriente Medio, el estrecho de Ormuz, el Golfo Pérsico y el Índico.
Los especialistas afirman que se trata de una nueva familia de armas estratégicas, confirmando el puesto de Francia entre las grandes potencias que controlan su propia tecnología en terrenos capitales para la independencia y la soberanía nacional. El arma nuclear, y su proyección internacional, ofrece al presidente de Francia un puesto excepcional que no tiene ningún aliado europeo. El Reino Unido sigue siendo una gran potencia atómica, relativamente comparable, que Francia considera como aliada privilegiada en el terreno de la seguridad militar.
EE.UU. y China siguen siendo las primeras potencias atómicas mundiales. Los mejores especialistas tienen «dudas» sobre el alcance exacto de la potencia atómica china. Con esa salvedad, Francia se confirma como la tercera a nivel mundial y la primera europea.
El arsenal nuclear francés es la matriz de toda la seguridad y soberanía nacional, indisociable pero independiente de todos los proyectos pasados, presentes y venideros de la seguridad de Europa. Macron, como todos los presidentes de la V República, apoya diversas iniciativas de seguridad europea. Pero comienza por confirmar el puesto capital del arsenal atómico para la libertad, independencia y soberanía nacional.