La presidenta del PRO Diversidad habló en la 99.9 sobre un caso puntual de un policía que fue apartada de la fuerza acusada de discapacidad por tener un “trastorno de la identidad sexual”. Lo utilizó como ejemplo del uso político de los colectivos LGTB pero a la vez, se diferenció de la forma en que se manifiestan quienes los integran.
En la comunidad trans y los movimientos LGTB, habitualmente toman visibilidad sólo un sector, el más extremista y que se expresa públicamente de formas un poco más violentas aunque existen muchas personas que no se sienten representados/as y van por otros caminos.
Ese es el caso de Mara Pérez Reynoso, la primera funcionaria trans de la Argentina durante el gobierno de Mauricio Macri y que contó en la 99.9 el caso de un policía que cambió de sexo y sufrió la persecución del gobierno de Cristina Kirchner en su momento; algo que ahora todavía padece: “hay un expediente de la época en la que Nilda Garré era Ministra de Seguridad, Berni el Secretario de Seguridad y Cristina Kirchner la presidenta donde un oficial inspector de la Policía Federal pasa de masculino a femenino y es ahí donde empiezan con sucesos de discriminación, de hacerle pasar malos ratos, un clima laboral terrible, sanciones y licencias”.
Lo primero que hicieron fue declararlo discapacitado, así como suena: “cuando blanquea su situación, la Junta Médica la evalúa, el Ministerio de Seguridad convalida y cierra el caso diciendo que la decisión de la Policía Federal es asignarle un 10% de discapacidad por su trastorno de la identidad sexual. Quedó sepultado durante 9 años y cuando asumimos, me encontré con ese expediente y me costó mucho completarlo porque tenía muchísimas páginas. Cuando heredé el informe de gestión, me encontré con una parte del expediente porque faltaba la parte fundamental”.
La propia afectada fue la que pudo permitir que se completara la documentación para terminar de reincorporarla a su cargo: “cuando me conecté con esta persona me contó que unos días antes del resultado de las elecciones tuvo que ir al ministerio y pedir vista del expediente para hacer una copia. Gracias a eso, pude tener el expediente completo y pudimos hacer que la reincorporen. Años después ascendió a comisaria y me entero en estos días que le dan el retiro de nuevo porque no la consideran apta para el ascenso. La historia vuelve a repetirse”.
Pérez Reynoso referencia con este caso, algo que es muy normal en la política argentina: un discurso hacia afuera buscando votos, pero una forma de actuar hacia adentro que está lejos de esa postura: “con la Diversidad si no sos K, perdés la pertenencia a los colectivos LGTB. Si vos no votas al kirchnerismo sos el enemigo de la diversidad. Tienen una concepción estalinista de que, quien maneja esta bandera, decide quien pertenece y quien no”. Los propios legisladores dicen ser una cosa, pero demuestran ser otra: “en el Congreso tenemos a personas como Victoria Donda o Miriam Bregman que se dicen feministas, defensoras de la causa del aborto, pero cuando están como Diputadas votan en contra de la prisión efectiva para violadores”.
Mara elige otro camino, lejos de las expresiones impúdicas del colectivo que se ven cotidianamente y terminan afectando más de lo que ayudan: “yo hablo todo esto desde adentro, digo que no concuerdo con las expresiones públicas del feminismo. Esto lejos de ayudarnos y colaborar en la inserción, nos aleja. Genera rechazo en la sociedad y cuando va una persona trans que no comparte esos métodos, a buscar un trabajo y la gente está con todo lo que vivió en su cabeza, piensa que son todos desubicados y groseros”.
Pérez Reynoso elige ir por otro camino y ganarse las oportunidades, sin contar con privilegios que lleguen desde la política que utiliza el tema para sumar votos: “terminamos quizás por buena intención con medidas superficiales del estado, generando violencia. Saben que son agendas que traen votos, pero terminan generando con superficialidades un perjuicio para nuestra comunidad. No necesitamos privilegios, sino oportunidades”.