La vecina de nuestra ciudad está reclamándole a IOMA un lugar para brindarle tratamiento a su hija y además, la compra de la medicación necesaria que, por un amparo judicial, debe brindarle: “no tenemos donde atenderla”, dijo en la 99.9.
Muchas veces pareciera que el tema IOMA tiene sólo una implicancia política, pero en el medio queda mucha gente atorada en medio de un sistema que no funciona por inacción política y lo padece directamente.
Ese es el caso de Marcela Rocabado, una vecina de Mar del Plata que cada vez tiene menos respuestas de la Obras Social para el tratamiento de su hija que tiene una particular enfermedad: “hace siete años mi hija fue diagnosticada con una enfermedad genética que se llama Síndrome Urémico Hemolítico Atípico, no tiene cura, es crónico. Además tiene dos mutaciones extra que hacen que la enfermedad sea más compleja y sus valores de laboratorio no estén equilibrados”, explicó en la 99.9.
A partir de estos inconvenientes es que lleva adelante un oneroso tratamiento del cuál IOMA no se termina de hacer cargo en ningún momento, a pesar de que la justicia así lo ha indicado: “ella necesita una medicación de las más caras del mundo. Cada dosis vale más de 7 millones de pesos y necesita 4 cada 15 días. La lucha constante con la Obra Social es el incumplimiento de un amparo que tenemos realizado porque no cumplieron nunca y ahora con esta problemática, todo empeoró. El martes a la mañana nos encontramos con que la única clínica que funcionaba con IOMA, la del Niño y la Familia, cerraba sus puertas a los afiliados de IOMA. Era donde mi hija se atendía”.
Ahora no sólo le falta la medicación, sino que tampoco sabe donde se podrá atender, algo que puede traer muchas complicaciones más: “la enfermedad afecta a todo el cuerpo pero especialmente a los riñones. Si no recibe su medicación en tiempo y forma, pierde la funcionalidad del órgano, tenemos que ir a un trasplante que no es la solución del problema. Ella seguirá teniendo los mismos problemas y además, tendríamos que pasar por toda una situación de trasplante”.
Si bien había inconvenientes desde hace un tiempo a esta parte, en los primeros dos meses del año todo fue complicándose cada vez más: “el problema concreto comenzó hace dos meses. Es una lucha constante. El amparo dice que tienen que comprar 48 viales cada vez que se requiera y sólo nos han comprado 12 en enero. Antes la medicación era importada, pero luego se nacionalizó y estuvo un poco mejor. Ahora con esta situación, todo es más complejo”.
Por ahora, lunes por la mañana, todavía no sabe donde podrá internarla el miércoles para realizar el tratamiento que necesita aunque mirando a futuro, tampoco tienen la medicación para la próxima aplicación. Por eso pidieron una reunión con la delegada local para ver si puede darle una respuesta: “ella está bien, estable y tiene un resultado de laboratorio que no puede equilibrar. Este miércoles necesita hacerse el tratamiento y luego continuar. Ahí es donde está el problema central. Si ahora consiguen un lugar para conectarla el miércoles, ya tenemos el problema de que no tenemos donde llevarla y además, tampoco tenemos la medicación de la próxima. Ella es una bomba de tiempo, hay que controlarla todo el tiempo, tomarle la presión, porque le puede agarrar una anemia en cualquier momento. No tenemos donde controlarla porque no hay atención en ningún lado”.