El delegado rectoral de la Universidad Atlántida Argentina y director de la diplomatura de gestión de residuos, formó parte de la delegación que visitó el basural semanas atrás y se mostró preocupado en la 99.9 por lo que vio allí: “ha sufrido un deterioro muy importante”.
El debate sobre el pliego que se pretende presentar para la administración del Predio de Disposición Final de Residuos, sigue teniendo distintas aristas. En la visita que organizaron desde OSSE, participó el delegado rectoral de la Universidad Atlántida Argentina y director de la diplomatura de gestión de residuos, Marcelo Artime que dio su punto de vista en la 99.9.
En principio, declaró que “no iba al predio desde 2015 y ha sufrido un período de deterioro muy importante“. En cuanto a los datos más importantes que pudo recoger, agregó que “se está operando al 50% con los líquidos que se generan en el predio y el resto se lleva a OSSE. Hay una gran cantidad de residuos al aire libre que faltaba tapar con tierra como se debe hacer con una cobertura prácticamente diario. El panorama dantesco está en el playón social donde se están volcando 600 toneladas diarias de basura para que la gente hurgue allí buscando algo que le sirva. Después esas 600 toneladas se vuelven a poner en el relleno sanitario”.
No sólo se trata de un problema para las personas que están allí revolviendo literalmente una montaña de basura, sino por lo difícil que es desde el punto de vista logístico trabajar de esa manera: “además de ser inhumana la forma, es absolutamente complicado desde lo operativo y antieconómico. Nunca vi esa operatoria en ningún lado. No hay elementos que se puedan ver para una mejora en la gestión de residuos. Estamos atrasando muchos años en esta materia. Era un predio visitado por técnicos de toda Latinoamérica y que el Banco Mundial lo ponía como modelo de gestión de residuos. Hoy no es ejemplo de nada”.
Para Artime, hay que hacer hincapié en el problema social que hay allí porque el nuevo pliego presenta características que no harán más que acentuar la situación: “lo que se agravó es el tema social. Lo grave es que en el pliego se oficialice esa forma de cirujeo caminando entre la basura, metido en los residuos. No podemos pensar que en el 2022 una persona esté trabajando metido en medio de la basura. Esa gente trabaja en un submundo en el que nadie quisiera estar. Es gente que ha sido desplazada y sumergida en esa situación. Ahí debe aparecer el estado que lejos de formalizarlo en un pliego de licitación, debe buscar otra solución”.
Para el ex funcionario de la comuna, la solución hubiera pasado por sostener la separación de residuos en origen que podría haber llevado a un presente distinto: “me vine preocupado porque esto ha llamado la atención. Estamos hablando de dignidad humana y de buscar otra forma de trabajar. Había que seguir el camino de la separación de residuos porque a CURA le llegaría residuos secos y la operativa para ellos sería mucho más sencilla. Afectaría también en la gente del playón social porque podrían tener un residuo seco listo para ser comercializado al menos dos días a la semana”.