El ex fiscal habló en la 99.9 sobre el funcionamiento del sistema judicial y como la doctrina que tiene como uno de sus máximos referentes a Zaffaroni, ha hecho un profundo daño: “no es raro que las decisiones que se tomen vayan en contra del sentido común”.
El sistema penal y la respuesta ante la sociedad sigue siendo un tema de constante debate teniendo en cuenta las situaciones violentas que se viven cotidianamente y que terminan en hechos fatales, como en el caso de Morena, la niña de 11 años.
El ex fiscal Marcelo Romero señaló que todo lo que pasa cotidianamente está vinculado a una doctrina abolicionista que hace muchos años está instalada: “la respuesta que le estamos dando desde el sistema penal a la comunidad es paupérrima. Por otra parte, hay una ideología nefasta e imperante en el sistema penal incluso a nivel prevención y carcelario que es el abolicionismo. No es nuevo, no se le puede adjudicar al gobierno actual o el anterior, sino que hace 40 años que se viene metiendo en las Facultades de Derecho, los institutos de posgrado y el Consejo de la Magistratura”, indicó en la 99.9.
Esa doctrina pone al delincuente en el rol de víctima y la víctima desaparece del esquema: “se dice que el delincuente o el criminal es la víctima del sistema capitalista neoliberal que lo excluyó quitándole oportunidades y ahora sus agencias lo seleccionan para prisionizarlos. Eso se debe contestar en las cátedras. Lo más grave es que en los exámenes del Consejo de la Magistratura el aspirante a juez o camarista que no recita el catecismo zaffaroniano, no se convierte en magistrado. No es raro que las decisiones entonces sean contrarias al sentido común. Esta doctrina que es nefasta, quiere destruir el derecho penal”.
Si bien es un pensamiento que ha proliferado hasta hacerse carne en gran parte del sistema, necesitó de la pata política que también lo alentó: “esto también fue sostenido por la política en las Universidades. Las cátedras de derecho penal están colonizadas por el zaffaronismo. Los que estamos de la vereda de enfrente hicimos muy poco ante esa colonización, fuimos dejando esas cátedras. Desde la justicia también porque somos minoría dentro del sistema penal y bajamos los brazos”.
Hoy se vuelve a poner en el eje de discusión la baja en la edad de imputabilidad de los menores y en ese sentido el Dr. Romero opinó que “en la ley vigente un jovencito o jovencita a los 16 años es imputable. Con los avances que hay en la medicina, la pediatría, la psicología y la psiquiatría; ¿porque no tenemos un sistema mixto?. Además de haber un límite etario, debe existir una pericia obligatoria para establecer si comprendió o no comprendió lo que hizo, distinguió entre el bien y el mal. No puede ser lo mismo una jovencita de 14 años actuales que una de 14 años en 1921 que es de cuando data el Código Penal. Esas discusiones son obligatorias, pero cada vez que se intenta discutirlo aparece el panfleto, no el argumento”.
Desde su experiencia y pensamiento, el ex fiscal señaló que lo primero que habría que reformar es el funcionamiento de las cárceles en el país: “yo empezaría por la cárcel que es el último eslabón. El preso debe trabajar, estudiar, aprender o enseñar un oficio, practicar o enseñar un deporte. El tiempo libre tiene que ser productivo, no ocio negativo pensando en fabricar una faca, violar al compañero de celda o matar al guardia. Si trabaja se le debe retribuir con su peculio que está establecido por ley para que lo aproveche la familia o cree una cuenta para cuando recupere la libertad. La cárcel hoy es inhabitable, depósito de seres humanos donde se hace un posgrado de delito. No sirve la prevención, ni la investigación, ni el juzgamiento, ni que haya buenos funcionarios, porque la última etapa es un desastre”.