La presidenta de la Asociación de Víctimas de Violaciones (AVIVI), María Elena Leuzzi, se refirió en la 99.9 a los problemas que genera la justicia con su inoperancia y remarcó que “es muy triste tener que andar con las fotos de nuestros hijos colgada en el pecho pidiendo justicia, cuando elegimos vivir de otra manera”.
El dato había llamado la atención: 900 violadores circulan con el país impunemente sin que la Justicia los busque y capture. Lo denunciaron desde la Asociación de de Víctimas de Violaciones (AVIVI) y su presidenta, María Elena Leuzzi brindó los detalles en la 99.9: “más del 50% se distribuye en todo el país, pero el resto están en Buenos Aires donde tenemos la mayor cantidad de reclamos por violadores que no fueron detenidos y aquellos que están prófugos”.
Los principales inconvenientes, no sólo se dan con las salidas transitorias, sino con el momento de espera antes del inicio del juicio: “se han dado permisos transitorios de salida y los presos no vuelven. Algunos que llegan a juicio en libertad y para el momento del juicio, se profugan porque no se van a quedar en su casa a esperar que los condenen a 25 o 30 años”, explicó.
Como sucede en la mayoría de los casos, fuera del ámbito de las violaciones, se termina brindando muchos beneficios al violador, más que a la víctima: “las garantías son a nivel nacional, más allá de que cada provincia es autónoma. En todos lados hay jueces garantistas, criteriosos y machistas que le dan un beneficio al violador y no a la víctima. Las garantías de las víctimas no están en ningún lado, se pierden en el camino”.
Lo que reclamó Leuzzi es que se actúe con un poco de lógica incluso en el desarrollo de los juicios, porque siempre se trata de volcar la carga de culpa en la víctima: “nadie está tomando las riendas de lo que pasa en la justicia, las garantías se las dan todas al violador. Las víctimas pasan a ser las que provocaron, las que andaban en la calle solas o salieron con unas copas de más, siempre aparecen estos cuestionamientos cuando tienen derecho a andar solas o abrazar el obelisco en bolas sin que nadie tenga derecho a violarme”, opinó.
El constante crecimiento de las Organizaciones No Gubernamentales, son una muestra del mal funcionamiento judicial: “es muy triste tener que andar con las fotos de nuestros hijos colgada en el pecho pidiendo justicia, cuando elegimos vivir de otra manera. Si la justicia trabajara con sentido común, las ONG bajamos las persianas pero todos los días se arman fundaciones y ONG para distintas temáticas”.
Por último, María Elena Leuzzi pidió que también se controle a los violadores que cumplen con la condena impuesta porque nadie se ocupa de eso tampoco: “no hay seguimiento de los violadores cuando terminan de cumplir la pena, nadie más se encarga sabiendo que el violador es 99% reincidente. Toman el Poder Judicial como un empleo bien remunerado y punto”, finalizó.