La Directora del Círculo de Políticas Ambientales, habló en la 99.9 sobre las concesiones que realiza el gobierno nacional a la flota china que pesca de manera ilegal.
La pesca ilegal de la flota pesquera china en el límite de la milla 200 o incluso dentro de ese límite, nunca es un tema de interés político y social aunque tiene varias implicancias directas.
Por el contrario, desde el gobierno nacional hay ciertas concesiones para que todo siga funcionando de la misma forma sin regular nada. Así lo indicó en la 99.9 la Directora del Círculo de Políticas Ambientales, María Eugenia Testa: “la campaña electoral era un buen momento para que los sectores políticos se manifestaran respecto de lo que está pasando en el Atlántico Sur y ninguno lo hizo”.
Esa pesca que se realiza tiene una afectación en distintos niveles que también detalló la especialista: “lo que pescan de forma ilegal dentro de las aguas de soberanía o al borde exterior de la milla 200 donde no hay reglamentación ni tiene regulación, se vende en los mercados internacionales en los que comercializa su producción Argentina. Hay una competencia ilegal. En segunda instancia no hay control en absoluto de las capturas que realizan, no sabemos el impacto de la biodiversidad y el ecosistema. Esa flota genera contaminación también porque arrojan sustancias y basura en altamar”.
La conjunción de estos temas termina generando un impacto total en la producción pesquera de la ciudad: “Argentina no tiene sistemas de trazabilidad para evitar el fraude de la sustitución de especies que sucede en un 36% en el mercado, según lo medido por el CONICET”, agregó.
Una de las patas que sería fundamental para abordar el tema con seriedad, según Testa, es generar políticas con los países que terminan participando de toda esta situación, algo que el gobierno no hace: “Argentina lo que hace respecto de la pesca ilegal es generar políticas con escasos recursos y las fuerzas de seguridad hacen lo que pueden con lo que tienen. Pero no se está trabajando en términos de políticas exteriores con los países ribereños limítrofes o los países de las principales banderas de la flota que está por fuera de la milla 200 para llegar a un acuerdo internacional que permita un regulación de esa flota”.
El eje central del problema está en que la flota china cuenta con un centro de recargar que tampoco tiene demasiados controles: “la mayoría de la flota tiene al puerto de Montevideo como base operativa que las aprovisiona. Argentina no tiene acuerdo ni conversación con Uruguay para tener políticas de control de lo que están haciendo esos pesqueros. Tampoco hay políticas con Brasil que sufren este tipo de problema también. Tampoco hay una relación bilateral con China para cuidar el recurso que, de alguna manera, estamos compartiendo”.