El especialista en relaciones internacionales habló en la 99.9 acerca del significado que tiene en la política abstenerse en la votación para desligitimar las elecciones en Venezuela.
Una vez más, Argentina mostró internacionalmente una postura que avala lo que está sucediendo en Venezuela con el gobierno de Maduro. Fue en la reunión de la OEA donde se buscaba establecer que no han sido legítimas las elecciones en ese país.
El especialista en relaciones internacionales y ex embajador en Israel y Costa Rica, Mariano Caucino, analizó este hecho a través de la 99.9: “lo que tuvo lugar ayer en la OEA es que el gobierno argentino eligió abstenerse en la declaración de deslegitimar las elecciones en Venezuela, eso es un aval al gobierno. Es una larga sucesión de actitudes del presidente desde que asumió el poder hace un año, es una política que convalida la actuación del gobierno de Venezuela que tiene las características de una dictadura”.
La dictadura en Venezuela, ya es indiscutible incluso desde cuestiones estéticas: “en Venezuela hay un gobierno que tiene un origen legítimo hace 20 años y comenzó desde entonces a desmontar la democracia sustituyendo las instituciones democráticas por un régimen dictatorial. Estéticamente es un sistema político que utiliza atuendos rojos y militares, es una dictadura de manera desembozada. Parece un dato menor, pero no lo es”. Es una evolución inversa a lo que ha sucedido con otros gobiernos, pero que tiene muchas semejanzas con Nicaragua, por ejemplo: “en los gobiernos militares de Argentina y otros gobiernos de sudamérica, pretendían tener una apariencia civil. En Venezuela hay un gobierno civil que se transformó en una dictadura militar con presos políitcos, ejecuciones, torturas y desapariciones”.
La abstención argentina, lejos de considerarse una opinión neutra, tiene muchas maneras de analizarse: “la abstención se interpreta de distintas maneras. Habitualmente es leída como una posición donde no se puede expresar lo que se piensa. El presidente Fernández hizo trascender a través de publicaciones hablando en off que él no designó al Embajador Raimundi; pero el que firmó el decreto para designarlo es Alberto Fernández. Si no le gusta, lo remueve con un decreto en media hora. El problema es que Fernández demostró en este año de gobierno y sus años previos, que es una persona inconfiable porque de acuerdo al interlocutor que tiene delante cambia sus posiciones. En el plano de la política internacional, los líderes tienen que generar confianza”.
Hasta ahora, para Caucino, sólo hay un dato certero: “lo único que logra el presidente es deteriorar su reputación y sigue profundizando las desconfianza que hay en su liderazgo. Es un dato inevitable”.