El presidente del Colegio de Farmacéuticos habló en la 99.9 sobre el cambio que anunció el gobierno al respecto y los problemas que podría llegar a generar.

El cambio en la forma de distribución de los pañales para adultos mayores sin tener la necesidad de pasar por las farmacias ha puesto nuevamente en alerta al sector.
Hay algunos detalles de un nuevo sistema que se implementaría desde el primer día de junio que deja dudas y así lo expresó el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Mar del Plata Mario Della Maggiora en diálogo con la 99.9: «no hay una explicación del cambio, más allá de las pavadas que dicen que sacar los intermediarios, o sea, es una cuestión ilógica. En todo caso, cambian los intereses intermediarios. El tema de los pañales, como también de los medicamentos, tiene que ver con la logística. Las farmacias tienen un rol, más allá del sanitario que es la capilaridad a nivel país, desde la Quiaca, Tierra del Fuego, donde un producto tan caro y tan necesario como el medicamento, llega a través de una red de mucha capilaridad. Las droguerías no son muchas, para que la gente tenga una noción, cinco droguerías en el país son responsables del 85% de la distribución del medicamento. Y ya tienen toda una logística armada a nivel país que llega a todos los lugares y en un momento dado le incorporaron los pañales».
Lo que estaba funcionando, lo hacía bien pero ahora deciden cambiar para tener un servicio de entrega a domicilio: «estos pañales que venimos trabajando ya hace muchos años, son producto de una negociación entre las pañaleras conjuntamente con las entidades centrales de los farmacéuticos, o sea la Confederación Farmacéutica Argentina, donde están la mayoría de las cámara de farmacia y la cámara sindical. Esto permite un pañal de gran calidad, una de las mejores calidades a un precio subsidiado, tanto por parte del fabricante como por parte de la distribución, dado que el mismo pañal, que también está a la venta público general, sale un 20 o 25 % menos. Si lo compras en la cadena de distribución comercial, esos pañales no pueden ser revendidos, porque viene ya, al ser subvencionado, con un sticker que dice para entregar en el PAMI, prohibida su venta. Así era hasta el 31 de mayo y no creo que PAMI vaya a fabricar pañales. Se lo va a comprar a alguien que lo va a llevar a la casa del paciente».
Las dudas que planteó Della Maggiora tienen que ver con la forma en las cuál se distribuirá: «quien lo haga va a recibir un padrón de alrededor de 200 a 250.000 afiliados, que son los que tienen autorizado la entrega de pañales. Y se lo van a entregar a domicilio, lo cual parecería un logro; un beneficio para el paciente porque no tiene que ir a la farmacia. Ahora, ese padrón tiene gente mayor en muchos casos con enfermedades terminales. Entonces va a venir un señor, le va a tocar el timbre, le va a entregar pañales pero si no hay nadie, se vuelve y tendrá que ir a buscar los pañales no sé dónde. Segundo, hay un servicio que se deja de prestar. Ese paciente que usa pañales, va a la farmacia de cualquier forma a buscar los medicamentos, porque aparte de pañales consume medicamentos. No quiero emitir opinión sobre un servicio que todavía no se ha prestado. Quizás dentro de dos meses vamos a evaluar cuál es la calidad de ese servicio».
Además, el presidente del Colegio de Farmacéuticos, se refirió a otro tema importante en la actualidad que es la poca cantidad de vacunas contra la gripe que se están entregando: «para mí se repite lo del año pasado. Lamentablemente, el año pasado hemos vacunado entre un 21 y 30% de la población objetivo porque para la vacunación también se requiere una logística. Y lo más importante de esa logística y poder vacunar, es que esté la vacuna y no está la vacuna. La cantidad que viene es irrisoria. Vinieron tres tandas de vacuna en la farmacia y nos dura alrededor de 4 o 5 horas. Te vienen 40 vacunas».
La conclusión es que una gran parte de la población con mayor riesgo quedará fuera de la vacunación: «acá hay alrededor de 120 a 140.000 afiliados y la población objeto de 60.000, que es lo que se aplicaba durante estos últimos 15 años. Ahora te vienen 15.000 unidades. Es un disparate pero por falta de vacunas el sistema está aceitadísimo».